La reciente decisión del Gobierno nacional de disolver la Dirección Nacional de Vialidad ha desatado una fuerte controversia entre los trabajadores viales y las autoridades gubernamentales. La secretaria general del gremio de trabajadores viales, Graciela Aleñá, ha expresado su preocupación por las implicaciones que esta medida tendrá sobre la infraestructura vial y la seguridad en las rutas del país.
Críticas a la Disolución de Vialidad
Aleñá ha criticado severamente la decisión del Gobierno, asegurando que la disolución dejará a más de 5.500 trabajadores sin empleo y afectará 118 rutas nacionales, lo que resultará en 40,000 kilómetros de caminos sin mantenimiento. “Nos vamos a morir todos en las rutas argentinas, es una vergüenza”, sostuvo, añadiendo que los responsables de esta situación son el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Sturzenegger, a quienes acusó de promover un "genocidio en las rutas".
Justificación del Gobierno
El decreto que establece el traspaso de funciones de Vialidad al Ministerio de Economía y a una nueva Agencia de Control de Concesiones y Servicios Públicos de Transporte fue anunciado por el vocero presidencial Manuel Adorni. El Gobierno argumenta que la medida responde a una “estructura onerosa” y a la falta de eficiencia del organismo. Sin embargo, esto ha sido rápidamente desmentido por el sindicato.
Funciones Esenciales de Vialidad
Desde el gremio se defiende la labor de Vialidad, resaltando su papel en tareas estratégicas como el bacheo, la repavimentación, la señalización y el control de peso de vehículos. Aleñá ha señalado que el verdadero problema radica en el “desfinanciamiento deliberado” de la entidad y la tendencia hacia una privatización encubierta, lo que pone en riesgo la planificación técnica orientada a las necesidades reales de conectividad.
Implicaciones para el Control Parlamentario
La sindicalista también alertó sobre cómo el traspaso a otras entidades “desdibuja el control parlamentario”, comprometiendo derechos laborales y la soberanía sobre la infraestructura vial. “La inversión se orienta por criterios de rentabilidad y no por las necesidades de conectividad”, enfatizó.
Llamado a la Acción
Por último, Aleñá instó a gobernadores y a diversas fuerzas políticas para que rechacen el decreto y eviten lo que considera un “desguace del Estado” en áreas fundamentales como el transporte y la seguridad vial. Esta situación continúa generando un amplio debate sobre el futuro de la infraestructura en Argentina y el bienestar de sus trabajadores.