En un giro notable en la historia reciente de Pinamar, el intendente Juan Ibarguren (PRO) ha solicitado un préstamo de $1000 millones al Banco Provincia con el objetivo de completar el pago de los sueldos municipales del mes de julio. Esta medida, tomada en un contexto financiero crítico, fue formalizada el 28 de julio, a través de una nota dirigida a la sucursal local del banco, solicitando un “adelanto transitorio en cuenta corriente” por 15 días hábiles.
Crítica situación financiera
El intendente Ibarguren ha reconocido que el municipio ya enfrentaba demoras en el pago de haberes. En el mes anterior, los sueldos se abonaron en dos cuotas y el aguinaldo se retrasó. En este contexto, el máximo que se había abonado a los trabajadores alcanzó los $1.300.000, quedando saldos pendientes de pago según el escalafón municipal.
En declaraciones radiales del 25 de julio, Ibarguren atribuyó la crítica situación financiera a una “caída drástica de la coparticipación” y a la baja en la recaudación debido a la desaceleración económica. El intendente informó que el municipio recibió el año pasado $415 millones mensuales por coparticipación, cifra que ha caído a $189 millones este año, lo que se traduce en una pérdida de más de $800 millones en total.
Plan de ajuste y avisos de parálisis
Ibarguren afirmó que Pinamar se distingue por su autonomía financiera, con un 70% de sus ingresos provenientes de tasas municipales. Sin embargo, subrayó que la decaída de la actividad económica también está afectando esta recaudación.
Expresando su pesar por la situación, el intendente se disculpó con los trabajadores y mencionó que la administración implementa un plan de ajuste que incluye el congelamiento de salarios de funcionarios, finalización de contratos y recortes de gastos operativos. La falta de liquidez también ha impactado en proveedores y servicios, lo que podría resultar en paralizaciones si la situación no mejora.
Conflicto gremial y medidas de fuerza
En respuesta a la situación, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Pinamar (STMP) ha declarado un estado de alerta y movilización debido al incumplimiento de acuerdos salariales y la falta de documentación requerida en paritarias. Durante una audiencia del 25 de julio convocada por el ministerio de Trabajo bonaerense, el sindicato denunció la negativa del Ejecutivo a abonar un aumento no remunerativo del 6%, previamente acordado.
A partir del 30 de julio, el sindicato ha iniciado un quite de colaboración que limita el trabajo en las últimas dos horas de cada turno, aunque los servicios esenciales se mantienen. La tensión persiste mientras se exige al intendente Ibarguren el cumplimiento de los acuerdos paritarios, aclarando que “la dignidad de los trabajadores no se negocia”.