La controversia entre el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner ha puesto de relieve profundas discrepancias en el análisis político posterior a las elecciones. Las diferencias de opinión están marcadas por una serie de críticas y defensas que evidencian el conflicto interno dentro del peronismo.
Reacción gubernamental ante las críticas de la exmandataria
Fuentes cercanas a Kicillof han calificado las observaciones de Fernández de Kirchner como parte de una estrategia “amañada” por su entorno político, destacando la influencia de La Cámpora. En declaraciones a NA, sostuvieron que las críticas carecen de sustento y que la estrategia de campaña adoptada en septiembre resultó efectiva, a diferencia de la de octubre, que no logró los resultados esperados.
Este cruce de declaraciones se produce en un contexto de tensión política, ya que se anticipa una reunión entre Kicillof e intendentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), lo que sugiere que las críticas de la oposición están siendo analizadas con preocupación en la gestión del gobernador.
Cristina Fernández y su crítica al desdoblamiento electoral
La expresidenta evaluó la derrota electoral y calificó la decisión de desdoblar las elecciones provinciales como un “error político”. En sus redes sociales, Fernández de Kirchner declaró: “No me interesa tener razón, me interesa ganar las elecciones”, citando su advertencia sobre los riesgos de esta estrategia desde el inicio del proceso.
Para respaldar su postura, mencionó ejemplos de otros gobernadores peronistas, como Sergio Ziliotto y Gildo Insfrán, que alcanzaron el triunfo en sus provincias, argumentando que unificar la agenda electoral podría haber maximizado el apoyo al partido. Reiteró su instrucción al PJ nacional para desistir del Proyecto de Ley que buscaba evitar el desdoblamiento electoral.
Perspectivas y efectos de las decisiones políticas
Fernández de Kirchner advirtió sobre las posibles repercusiones negativas del adelanto electoral, tanto a nivel simbólico como electoral. En sus declaraciones, explicó que perder podría tener consecuencias devastadoras para el peronismo a nivel nacional. “Si se perdía, iba a tener un efecto devastador para el peronismo”, afirmó, haciendo hincapié en el potencial “efecto balotaje” que podría movilizar el voto antiperonista.
Las tensiones entre Kicillof y Fernández de Kirchner evidencian la compleja situación política que atraviesa el peronismo en la provincia de Buenos Aires, un escenario que seguirá evolucionando a medida que se acerquen nuevas instancias electorales.
















