El anuncio del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, sobre un posible "tipo de cambio flotante muy pronto" ha generado inquietud en los mercados financieros argentinos. Esta declaración fue interpretada como una señal de un cambio en la política cambiaria del Gobierno, lo que provocó reacciones de incertidumbre por parte de operadores e inversores.
Reacciones en los Mercados
Las palabras de Sturzenegger provocaron una rápida respuesta del mercado, que mostró su inquietud ante la posibilidad de que el Gobierno abandonara el actual esquema de bandas en el que se limita el tipo de cambio. Ante esta situación, fue necesario que el ministro aclarara sus afirmaciones para calmar los ánimos en un ambiente financiero ya sensible.
En un intento por mitigar la controversia, Sturzenegger reiteró que su comentario no implicaba un cambio de régimen. En sus redes sociales, explicó que su intención era referirse al carácter evolutivo del sistema actual, sugiriendo que Argentina podría avanzar hacia una flotación controlada.
Aclaraciones del Ministerio de Economía
Desde el entorno del ministro de Economía, Luis Caputo, se realizaron aclaraciones para fortalecer la estabilidad del esquema cambiario. Felipe Núñez, director del BICE, reafirmó a través de su cuenta de X que "las bandas de flotación cambiarias no se van a modificar, ni antes ni después de las elecciones".
La declaración de Sturzenegger se enmarca en un contexto político delicado, a solo diez días de las elecciones legislativas, donde el Fondo Monetario Internacional (FMI) está prestando especial atención a la política cambiaria argentina. Las expectativas alrededor de este tema han aumentado, planteando dudas sobre las posibles decisiones futuras del Gobierno.
Posicionamiento de Luis Caputo
Menos de una semana antes, Luis Caputo había dejado en claro que no habría modificaciones en el régimen cambiario. En declaraciones categóricas, aseveró: "No vamos a salir del esquema de bandas, y el tipo de cambio solo puede fluctuar dentro de esos límites; por definición, no puede haber devaluación".
En su defensa de la estrategia económica, Caputo desestimó las versiones sobre presiones internacionales del FMI, afirmando que "el FMI no nos obliga a nada". También enfatizó que la devaluación no es una opción para el Gobierno en este momento y que la verdadera competitividad se alcanza mediante la baja de impuestos y la desregulación, y no a través de un tipo de cambio debilitado.