La rutina de coordinar una cita en la peluquería podría experimentar una transformación radical con la reciente creación de un ingeniero que ha desarrollado un sistema automatizado para realizar cortes de pelo con sorprendente precisión. Esta innovación, que combina robótica y diseño tridimensional, promete permitir a los usuarios replicar estilos complejos directamente desde la comodidad de sus hogares.
Orígenes del Proyecto
El proyecto fue liderado por Shane Wighton, quien se enfrentó a la necesidad de encontrar un nuevo estilista. En lugar de buscar un profesional, optó por diseñar su propio robot. Así nació un sistema con tijeras incorporadas y control autónomo, capaz de identificar las áreas a cortar mediante un patrón visual previamente definido. Esta creación no solo desafía los métodos tradicionales de corte de cabello, sino que también presenta una visión sobre cómo la automatización puede impactar hábitos cotidianos, incluso en áreas tan personales como el cuidado estético.
Desarrollo del Robot
Wighton logró ensamblar un sistema robótico que no solo corta el pelo, sino que también interpreta visualmente qué tipo de peinado se desea. Para ello, diseñó un modelo 3D de una cabeza, donde indicó con diferentes colores las zonas a recortar y las que debían mantenerse más largas. Este código visual se convierte en una guía precisa para el corte.
Dotado de un brazo robótico y un software que traduce estos mapas gráficos en movimientos, el dispositivo es capaz de realizar cortes complejos, como flequillos rectos y contornos bien definidos alrededor de las orejas. A medida que el ingeniero perfeccionó el mecanismo, comenzó a incorporar respuestas simples para permitir al robot interactuar con el usuario.
Desafíos y Pruebas
En sus primeras pruebas, el sistema mostró movimientos descontrolados y poco seguros. A pesar de esto, Shane Wighton continuó mejorando el diseño hasta que decidió probarlo en sí mismo. Durante esta demostración, el resultado fue funcional, aunque no perfecto.
Sin embargo, el ingeniero reconoció que la seguridad sigue siendo el principal desafío. Debido a que el robot opera en contacto directo con la cabeza, cualquier error puede ser riesgoso. A pesar de que la idea ha demostrado ser viable, aún necesita mejoras significativas antes de convertirse en una herramienta confiable para el público.