El reciente triunfo legislativo de La Libertad Avanza ha desatado una serie de reacciones en el ámbito laboral argentino, marcando un posible cambio de rumbo en las políticas empresariales. A tan solo horas del resultado electoral, dos importantes decisiones de despido y cierre de fábricas han planteado interrogantes sobre el futuro del empleo en el país.
Ualá: la automatización como bandera
La fintech Ualá, liderada por el empresario Pierpaolo Barbieri, anunció el despido de 110 empleados, lo que representa el 8% de su plantilla total. La empresa justificó esta medida como parte de un proceso de “búsqueda de mayor eficiencia regional” y automatización de tareas.
Según los directivos, este sería un ajuste puntual, y aseguraron que no están previstas nuevas rondas de despidos. Los trabajadores afectados recibirán indemnizaciones “por encima de los requisitos legales”. Cabe mencionar que Ualá ya había realizado recortes en mayo de 2024, despidiendo a 140 empleados, lo que equivale al 9% de su entonces plantilla.
El discurso de Barbieri, alineado con los postulados libertarios promovidos por Javier Milei, enfatiza la eficiencia y la reconversión como valores centrales de su modelo de gestión. La coincidencia temporal de estos despidos con el reciente triunfo de Milei ha sido interpretada por algunos analistas como un signo de confianza empresarial en un entorno político que aboga por la flexibilización laboral.
SKF: una multinacional que se va pero no pierde
Por su parte, la multinacional sueca SKF cerró su planta en Tortuguitas, despidiendo a 150 trabajadores después de 90 años de actividad en el país. A diferencia de Ualá, SKF no enfrenta una crisis financiera, habiendo facturado más de 9.300 millones de dólares en 2024, con un margen operativo del 13,5%. No obstante, la empresa ha optado por trasladar su producción a Brasil y reconvertirse en importadora.
Los empleados se enteraron del cierre a través de un video en YouTube, lo que dejó a muchos operarios frustrados. Un trabajador expresó: “Nos enteramos por redes sociales que íbamos a perder el trabajo. Es una falta total de respeto”. Por su parte, el secretario general de la UOM, Abel Furlán, responsabilizó al Gobierno nacional por permitir una apertura comercial que “castiga la producción y favorece la importación”.
El Ministerio de Trabajo bonaerense ha intervenido para garantizar indemnizaciones, aunque reconoció que estas decisiones se toman a niveles superiores. Desde ADIMRA, la entidad que reúne a los industriales metalúrgicos, se advirtió sobre un proceso de desindustrialización en marcha, con una caída del 5,2% interanual en la producción y el uso de capacidad instalada más bajo desde 2020.
¿Coincidencia o clima de época?
Con más de 250 despidos en un solo día, las decisiones de Ualá y SKF parecen reflejar un nuevo paradigma en la gestión empresarial argentino: menos regulación, más automatización y la noción de que el trabajo es un costo a optimizar.
El contraste con el clima político actual es significativo. Mientras el oficialismo celebra su apoyo electoral y promete "más libertad para producir", empresas de distintos sectores ejecutan decisiones que resultan en la reducción de personal, dejando en evidencia un escenario complejo para el futuro laboral en Argentina.

















