El reciente aumento del dólar en julio ha generado creciente preocupación en el mercado, ya que se teme que esta suba impacte en los precios de los bienes y servicios. En este contexto, los supermercados y las empresas alimenticias han comenzado a discutir posibles ajustes en sus precios, mientras que los economistas advierten que el efecto en la inflación se notará en agosto.
Ajustes en los precios
Durante los primeros días de agosto, han comenzado a circular listas con incrementos de entre el 4% y el 9% en productos de consumo masivo. Este aumento se produce después de que el tipo de cambio oficial cerrara julio con un incremento del 13%. “Hay ruido de sables”, comentaron fuentes del sector supermercadista, señalando la incertidumbre en la industria.
A pesar de la presión para aumentar precios, los comercios advierten que cualquier ajuste podría repercutir en sus ventas, que ya están afectadas por una caída en el consumo. Las reuniones entre fabricantes y comerciantes se centran en definir cómo y cuánto se aplicarán estas subas, y una firma de consumo masivo señaló que, “por ahora son todas conversaciones comerciales” para evaluar la necesidad de ajustes en las categorías de productos.
Perspectivas de inflación
La principal preocupación de los consumidores gira en torno al impacto que estas decisiones tendrán en sus bolsillos y en el índice de precios. Según economistas, se espera que la inflación de julio promedie un 2%, aunque anticipan un aumento en agosto. El economista Cohen destaca que, “no será menor la atención sobre los ajustes previstos para agosto” tras el salto en el tipo de cambio.
Datos preliminares de la consultora Eco Go indican que la inflación de alimentos se aceleró en 0,6 puntos porcentuales respecto a la cifra de julio. Si bien el aumento del tipo de cambio no ha provocado un traspaso inmediato a los precios, existe la posibilidad de que en las próximas semanas se registren nuevos aumentos, aunque la competencia de productos importados y los topes salariales podrían moderar este efecto.