Los senadores nacionales experimentarán un nuevo incremento en sus dietas a partir de julio, resultado de un mecanismo que liga automáticamente sus haberes a los acuerdos salariales del personal del Congreso. Este ajuste posicionará sus ingresos brutos por encima de los $9,5 millones mensuales, lo que desencadena un debate significativo en un contexto de ajustes estatales.
Detalle del aumento
En abril de 2024, la Cámara Alta aprobó un sistema que vincula la actualización de las dietas de los legisladores a los incrementos acordados por los gremios del Poder Legislativo. Este mecanismo se activó nuevamente al firmar los presidentes de Diputados y Senado, Martín Menem y Victoria Villarruel, un acuerdo con los sindicatos del Congreso que contempla una suba del 1,3% para los meses de marzo, abril y mayo de 2025.
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Valor del módulo: El sistema opera mediante módulos salariales, de manera que, con el convenio actual, cada senador percibirá 4.000 módulos, elevando sus haberes a más de $9.500.000 brutos mensuales.
- Retroactividad: El aumento se aplicará de forma retroactiva a marzo, incrementando en aproximadamente $360.000 el importe que ya venían cobrando los senadores desde el descongelamiento de sus dietas el 31 de marzo de 2025.
Contexto y controversias
Desde diciembre de 2024, la vicepresidenta del Senado, Victoria Villarruel, intentó frenar el descongelamiento y el desenganche paritario de las dietas. En la sesión del 12 de diciembre, propuso modificar este criterio, pero su intento no tuvo éxito. El 27 de diciembre firmó un decreto que prorrogó el congelamiento hasta el 31 de marzo de 2025, periodo en el que los senadores debían decidir sobre el mecanismo.
En agosto de 2024, los representantes de todos los bloques decidieron congelar sus dietas hasta fin de año, sujeto a la misma paritaria de los trabajadores del Congreso. Esta movida recibió respaldo de varias agrupaciones políticas, pero, dada la falta de consenso a fines de abril de 2025, se activó el descongelamiento automático de haberes.
Reacciones políticas y sociales
El aumento desató un nuevo debate sobre la asignación de recursos en un momento de ajuste fiscal. Durante el segundo semestre de 2024, los incrementos acumulados ya habían duplicado el monto inicial de las dietas, lo que generó críticas.
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Críticas de la oposición: Legisladores opositores señalaron que el mecanismo aprobado “a espaldas de la ciudadanía” genera desconfianza, al quedar sujetos a incrementos automáticos sin límites claros.
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Posición oficial: La conducción del Senado defendió el nuevo sistema aludiendo a un objetivo de “profundizar la transparencia” y homologar las remuneraciones de los representantes con las de los empleados del Congreso, evitando así decisiones arbitrarias en cada ajuste.
- Sensibilidad social: Organizaciones civiles y entidades de defensa de jubilados y trabajadores públicos resaltaron la contradicción de estos aumentos en un contexto donde persisten reclamos de suba de haberes en otros sectores del Estado.
¿Qué sigue para los senadores?
A partir de la tercera semana de abril de 2025, los senadores tenían el plazo para decidir sobre mantener el enganche paritario o desligarse. Al no haber unanimidad, se activó la cláusula que automáticamente eleva sus haberes conforme a la actualización salarial de los empleados legislativos.
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Próxima evaluación: Cada nuevo acuerdo paritario del gremio de los trabajadores del Congreso, previsto trimestralmente, podría implicar un nuevo ajuste en las dietas de los senadores.
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Debates futuros: El entorno político incluirá discusiones sobre la viabilidad de mantener este sistema. Algunos bloques proponen establecer límites a las actualizaciones automáticas.
- Impacto presupuestario: La nueva erogación, que representa un aumento de más de $360.000 por senador, será absorbida por el presupuesto legislativo, afectando otras partidas destinadas a infraestructura y proyectos sociales.