En un contexto de creciente tensión política, el Senado argentino aprobó el aumento a las jubilaciones y la reforma previsional en una sesión marcada por la explosiva ausencia de la clase oficialista, que quedó relegada a un segundo plano. La votación, impulsada por bloques opositores, resultó en un significativo apoyo con 52 votos a favor, 0 en contra y 4 abstenciones, lo que evidencia un claro rechazo a la postura del gobierno de Javier Milei. La aprobación de estos proyectos representa una dura derrota para el oficialismo y podría tener importantes repercusiones en el equilibrio fiscal del país.
Detalles de la votación
Los legisladores de la oposición lograron concretar la aprobación en general del proyecto de aumento a las jubilaciones. Esta recomposición, sin embargo, ha sido calificada como baja por los mismos opositores, que defendieron la necesidad de que se discutiera artículo por artículo. En caso de obtener la aprobación final, el proyecto se convertirá en ley.
Además, se sancionó la extensión de la moratoria previsional con 39 votos a favor, 14 en contra y una abstención, lo que permitiría a los trabajadores que no han cumplido con sus aportes acceder a planes de jubilación. El gobierno ha expresado su firme intención de vetar estas iniciativas, alegando que comprometen el equilibrio fiscal del país.
Contexto de la sesión
La sesión del Senado, que comenzó a las 14:14, fue convocada por la oposición autoconvocada en medio de un clima de desacuerdo con el oficialismo. La vicepresidenta provisional del Senado, Silvia Sapag, abrió el debate, pero la presencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel en la sala fue breve, ya que se retiró antes de que se llevaran a cabo las votaciones. El quorum estuvo asegurado con la presencia de 42 senadores, suficiente para tratar los proyectos del día.
Durante la sesión se presentó un conflicto técnico, ya que el sistema electrónico de votación falló, obligando a los senadores a votar a viva voz. El jefe de la bancada kirchnerista, José Mayans, denunció esta falla como un “boicot del oficialismo” para dificultar el avance de los proyectos.
La fragmentación del apoyo oficialista
La fortaleza de la bancada de Unión por la Patria quedó evidenciada, ya que 34 senadores tomaron su lugar en un claro intento de mostrar su compromiso con las reformas. En contraste, varios senadores tradicionalmente alineados con el oficialismo comenzaron a alejarse de la postura de Milei, algo que no había sucedido anteriormente. Importantes figuras, como Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri, se sumaron a la oposición, lo que marca una fragmentación notable del apoyo oficialista.
Los gobernadores que tradicionalmente respaldaron al oficialismo, como Eduardo Valdés (Corrientes) y Martín Llaryora (Córdoba), también hicieron sentir su presencia en el recinto. Este cambio de lealtades entre los senadores indica un debilitamiento de la influencia de Javier Milei y podría complicar aún más la gobernabilidad.
A medida que se avanza con los proyectos, la tensión entre el gobierno y la oposición parece intensificarse en un marco que sugiere que el debate legislativo seguirá siendo un campo de confrontación en los próximos días.