El consumo de pescado es esencial para una alimentación equilibrada, y el salmón se posiciona entre las opciones más elegidas por su versatilidad, beneficios para la salud y sabor exquisito. A continuación, se presenta una receta sencilla y nutritiva para disfrutar de este popular pescado en casa.
Beneficios Nutricionales del Salmón
El salmón es reconocido no solo por su sabor y textura, sino también por su valor nutricional. Como un pescado graso, es una excelente fuente de omega-3 y proteínas, lo que lo convierte en un aliado para quienes buscan una dieta saludable. Entre los minerales que aporta se encuentran el fósforo, selenio y yodo, además de ser rico en vitaminas del grupo B y vitaminas D y E.
Receta de Salmón al Horno con Pesto
Ingredientes
- 4 lomos de salmón fresco (150-200 g cada uno)
- 4 cucharadas de pesto (casero o comprado)
- 1 limón (opcional, para servir)
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
Para el pesto casero:
- 50 g de hojas de albahaca fresca
- 30 g de piñones (pueden sustituirse por nueces)
- 1 diente de ajo
- 50 g de queso parmesano rallado
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
Tiempo de Preparación
- Preparación previa: 10 minutos
- Elaboración del pesto (si es casero): 5 minutos
- Cocción en horno: 12-15 minutos
- Tiempo total aproximado: 25-30 minutos
Instrucciones
- Precalienta el horno a 200°C.
- Si haces el pesto casero, procesa la albahaca, piñones, ajo, queso parmesano y una pizca de sal con aceite hasta obtener una mezcla uniforme.
- Coloca los lomos de salmón en una bandeja con papel de hornear y sazona con sal y pimienta.
- Cubre cada lomo con una cucharada abundante de pesto, y añade un chorrito de aceite de oliva.
- Hornea durante 12 a 15 minutos, evitando sobrecocer para mantener la jugosidad del pescado.
- Retira del horno y sirve al instante, añadiendo rodajas de limón si deseas. Complementa con guarniciones como papas al horno o ensaladas.
Conservación
El salmón al horno con pesto se puede guardar en la nevera en un recipiente cerrado por un máximo de dos días. Se recomienda calentarlo una sola vez para conservar su textura y aroma, evitando la congelación posterior, ya que podría afectar su jugosidad y sabor.
 
			
 
                            



 
                            





 
							






