El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona se encuentra en una encrucijada, ante la posible nulidad del proceso tras la recusación de la jueza Julieta Makintach. Esta situación surge debido a su participación en un documental sobre el caso, acción que se llevó a cabo sin la autorización correspondiente. Este jueves, los jueces restantes del Tribunal Oral en lo Criminal N.º 3 de San Isidro, Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso, tienen programado anunciar su decisión sobre la continuidad del juicio.
Implicaciones de la recusación
El abogado de Jana Maradona, Gustavo Pascual, destacó la necesidad de preservar la integridad del proceso judicial. Afirmó que la intervención de Makintach en el documental comprometió la imparcialidad del tribunal. “Es inexplicable lo que sucedió”, expresó, enfatizando el sufrimiento acumulado por la familia de Maradona y sugiriendo que esta circunstancia socava la confianza en el sistema judicial.
Detalles del juicio
El juicio, que comenzó el 11 de marzo de 2025, involucra a siete profesionales de la salud acusados de "homicidio simple con dolo eventual" debido a supuestas negligencias en la atención médica que Maradona recibió antes de su fallecimiento en noviembre de 2020. Durante el proceso, se han presentado más de 40 testimonios, incluidos los de las hijas del exfutbolista.
Pascual subrayó la gravedad de la situación al afirmar que “no hay forma de subsanar esto si no empezamos de nuevo”, lo que obligaría a los hijos de Maradona a revivir el dolor de la pérdida.
Controversia por el documental
La controversia se intensificó tras la revelación de que Makintach había participado en la filmación de "Justicia Divina", un documental en el que desempeñaba un papel protagónico. Su inclusión en el proyecto generó serias dudas sobre su capacidad para actuar con imparcialidad en el juicio. Como consecuencia, todas las partes involucradas acordaron su recusación.
Próximos pasos
La decisión que tomen los jueces este jueves será definitiva, con la posibilidad de que el juicio continúe con un nuevo magistrado o que se anule y deba reiniciarse. Esto implicaría reprogramar las audiencias y convocar nuevamente a todos los testigos, lo que podría prolongar aún más el proceso judicial.
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