OpenAI lanza Sora 2 con medidas para controlar el uso no autorizado de imágenes

El auge de la inteligencia artificial ha traído consigo importantes desafíos en la regulación de derechos de autor. Con el lanzamiento de Sora 2, una nueva plataforma de generación de contenido, OpenAI ha decidido implementar "cameos" personalizados para que cada usuario controle su imagen y evite la creación de videos no autorizados de figuras públicas. Esta medida busca fortalecer la protección de la identidad digital en un contexto donde el uso no consentido de imágenes podría resultar en serias implicaciones legales.

Controles de Derechos de Imagen

La función de “cameos” personalizada permitirá que los usuarios mantengan un control sobre su propia imagen. De esta manera, se espera prevenir la creación de contenido que pueda comprometer su reputación o derechos de autor. Además, OpenAI está desarrollando controles similares para los titulares de derechos corporativos.

No obstante, el Wall Street Journal ha revelado que varios estudios y agencias de talentos tuvieron la oportunidad de excluir su contenido de la plataforma antes de su lanzamiento. Jason Bloom, experto en litigios de propiedad intelectual, calificó esta acción como “poco común bajo la ley de derechos de autor”, lo que indica que OpenAI era consciente de las implicaciones legales de su producto.

Un Contexto Legal Complicado

La llegada de Sora 2 se produce en un momento crítico para la industria tecnológica. Recientemente, Disney y Universal han demandado a Midjourney, un competidor que utiliza inteligencia artificial para generar imágenes, por el uso no autorizado de personajes con derechos de autor. Además, Disney ha enviado cartas de cese y desistimiento a Character.AI, lo que refleja la creciente preocupación sobre el control del contenido generado por inteligencia artificial.

Lemley, un respetado académico en derechos de autor, explicó: “Los personajes están sujetos a derechos de autor. Si una empresa pierde el control sobre lo que hacen y dicen sus personajes, será un problema”. Esta premisa se extiende también a las figuras públicas, que no quieren ser representadas de manera engañosa.

La industria del entretenimiento está en alerta máxima. Si OpenAI no logra regular adecuadamente el contenido en Sora 2, las demandas podrían tener un impacto devastador y sentar un precedente legal para futuras plataformas de generación de contenido. Este caso podría ser un punto de inflexión en la discusión sobre la inteligencia artificial y los derechos de propiedad intelectual en la era digital.

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