Un elemento presente en la tecnología cotidiana, el oro, puede pasar desapercibido para muchos. Este metal, utilizado en conexiones internas y placas madre de dispositivos electrónicos, es esencial por su excelente conductividad y resistencia a la oxidación. A pesar de que la cantidad de oro en cada aparato puede ser mínima, al agrupar un gran número de estos dispositivos es posible obtener toneladas de oro. Sin embargo, la extracción de este metal históricamente ha implicado procedimientos altamente tóxicos, pero un equipo de científicos ha desarrollado una solución innovadora.
Un avance en la recuperación de oro
El proceso tradicional para recuperar oro de dispositivos electrónicos incluía el uso de productos altamente tóxicos, como el cianuro y el ácido nítrico, generando residuos peligrosos para la salud y el medio ambiente. Sin embargo, el profesor Stephen Foley, de la Universidad de Saskatchewan, ha liderado un equipo de químicos en el desarrollo de un método limpio y efectivo. Este avance no solo tiene el potencial de revolucionar el reciclaje de la electrónica, sino que también puede ser implementado a gran escala en plantas de reciclaje.
Cómo funciona el nuevo proceso de extracción
El innovador método utiliza un líquido orgánico basado en ácido acético —el mismo componente del vinagre— combinado con cloruro y un oxidante suave. Esta mezcla permite disolver el oro sin afectar otros metales ni liberar gases nocivos, manteniendo así un proceso completamente libre de contaminación.
La extracción culmina con la separación del oro en una solución líquida, que puede ser filtrada para obtener el metal en su forma pura. Este sistema demuestra una eficiencia del 99% y minimiza el impacto ambiental al evitar el uso de sustancias dañinas. Según los investigadores, una tonelada de celulares desechados puede contener hasta 300 gramos de oro, cifra significativamente superior a la que se obtendría de una tonelada de mineral extraído de una mina convencional.