En las zonas rurales de Salta, donde la oscuridad es total y el transporte público escaso, miles de estudiantes recorren entre 3 y 12 horas diarias para llegar a sus escuelas. Entre las víctimas de esta situación, se encuentra una niña de 12 años de Potreros, quien, tras sufrir violencia en su camino, abandonó sus estudios. Sin embargo, un grupo de jóvenes del Colegio N°5086 Coronel Julio Sergio Jovanovics de Campo Quijano decidió cambiar esta realidad con “SolarPack”, una mochila con panel solar, batería de litio, luz LED y puerto USB, diseñada para brindar seguridad a quienes caminan en la oscuridad.
El pasado fin de semana, este innovador proyecto se consagró campeón nacional en un concurso realizado en Buenos Aires, superando a equipos de Córdoba, Formosa y La Rioja. Sin embargo, los verdaderos ganadores aspiran a devolver la esperanza a las comunidades rurales más vulnerables.
La historia que lo cambió todo
María, profesora de Proyecto de Investigación Informática en el colegio, recuerda el momento en que nació la idea: “Empezamos a ver los testimonios que traía una alumna de Santa Rosa de los Pastos Grandes. Nos contaba que caminaba horas para llegar a la escuela, en plena oscuridad.” Otros alumnos comenzaron a compartir historias similares, pero la situación tomó un giro aún más dramático al conocer el caso de la niña que fue víctima de abuso en su trayecto al colegio.
“Ese testimonio nos marcó profundamente”, afirma Ruth, una de las estudiantes del equipo. “Ahí entendimos que esto no era solo un proyecto escolar. Podíamos hacer algo real para proteger a otros chicos.”
La lista de desapariciones en la zona es extensa y dolorosa: David Surka, un joven que nunca fue hallado en 2021; profesoras desaparecidas en La Cilleta; y trabajadores rurales que salieron un día y no volvieron. Todas, historias marcadas por la oscuridad y la soledad de los caminos rurales.
En marzo de 2025, durante la propuesta del concurso “Solve for Tomorrow”, los estudiantes no dudaron en identificar el problema a solucionar: “¿Qué tienen en común todos estos estudiantes?” se preguntaron. “Una mochila.” A partir de ahí, comenzaron un arduo proceso de investigación y experimentación.
El prototipo final de SolarPack incorpora un panel solar que carga una batería de litio durante el día, un foco LED en la correa de la mochila para iluminar el camino, y un puerto USB para cargar teléfonos celulares en caso de emergencia. Todo diseñado para soportar las condiciones más extremas de la región, desde la Quebrada del Toro hasta la Puna salteña, donde los paneles solares representan la única fuente de energía confiable.
María, quien no tenía formación en electrónica, aprendió junto a sus alumnos. “Fui descubriendo con ellos cómo pasa la energía del panel a la batería, cómo se conectan los circuitos. Hubo momentos en que quisieron dejarlo porque era demasiado. Yo tuve que estar detrás, motivándolos: ustedes pueden.”
Gonzalo, de 17 años y diseñador de la mochila, expresa: “Más allá de la parte técnica, aprendí compañerismo, responsabilidad y disciplina. Ahora quiero estudiar ingeniería eléctrica.”
La visita que selló el compromiso
Para entender verdaderamente el impacto de su proyecto, los estudiantes visitaron el Colegio 821 en Alfarcito, donde viven la problemática de primera mano. “Nos contaron las distancias que recorren los chicos, las historias de violencia”, recuerda Aristóteles. “Fue una experiencia que nos marcó.”
Aproximadamente 100 alumnos podrían beneficiarse directamente de SolarPack, pero también se dieron cuenta de que el problema trasciende las fronteras de Salta: en el sur del país, en Misiones y en toda la Argentina rural, miles de estudiantes enfrentan una realidad similar.
“Esta mochila es pequeña, pero es mucho para algunos”, reflexiona María. “Puede salvar una vida.”
SolarPack no solo representa un avance tecnológico, sino una muestra palpable de empatía y compromiso social. Desde Campo Quijano, un grupo de estudiantes de 17 y 18 años ha demostrado que la innovación no es exclusiva de las grandes ciudades, sino que puede surgir de lugares donde hay problemas reales y personas dispuestas a hacer una diferencia.
















