Darío Hernández y Nicolás Fernández están a punto de marcar un hito en la historia de los casamientos en Argentina. El 13 de diciembre de este año, la pareja se unirá en matrimonio en San Rafael, Mendoza, acompañados no solo por familiares y amigos, sino por sus cinco perros adoptados, quienes actuarán como testigos de honor de la ceremonia. Este evento no convencional está redefiniendo el significado de las uniones matrimoniales en el país.
Innovación en el Registro Civil
La Dirección del Registro Civil de Mendoza ha dado un paso sin precedentes al autorizar esta ceremonia, convirtiendo a la provincia en la primera de Argentina en permitir que animales participen como “testigos no humanos”. Esta decisión se enmarca dentro del reconocimiento de los animales como “seres sintientes”, un avance legislativo que podría sentar un precedente para futuros casos similares.
Un acto simbólico
“Todavía no lo podemos creer”, comentó Darío, abogado de profesión. Su pareja, Nicolás, contador, y ambos comparten una profunda vocación por el bienestar animal. "Son parte de nuestra familia. Queríamos que su huella quedara en el acta, porque ellos también nos unieron", añadieron sobre sus perros, Máxima, Kibou, Coco, Atilio y Rafael.
Protocolo especial para los testigos
En un gesto ornamental y simbólico, los perros dejarán sus huellas en el acta del matrimonio utilizando tinta hipoalergénica y lavable, minimizando cualquier riesgo para su salud. Para esto, se ha dispuesto de una “hoja auxiliar” especial, que incluirá las huellas junto con las firmas requeridas de los testigos humanos.
Aunque legalmente los animales no pueden ser considerados como testigos en un sentido jurídico, su inclusión como testigos simbólicos refleja el amor y la importancia que tienen en la vida de la pareja.
Un enfoque moderno y humanista
Darío y Nicolás residen en Olivos, Buenos Aires, pero eligieron celebrar su boda en Mendoza por su carácter pet friendly y por la apertura del Registro Civil local a un enfoque moderno en los ceremoniales matrimoniales. "Queríamos que nuestro casamiento refleje quiénes somos y qué amamos: los perros son parte de nuestra historia", afirmaron.
Mendoza se posiciona así como un avance en la aceptación de nuevas formas de unión en el país, simbolizando la evolución de los vínculos entre humanos y animales.