Lara, una niña de 12 años de Rosario, ha cobrado protagonismo por su notable trayectoria académica y personal. Diagnosticada con altas capacidades y un coeficiente intelectual de 132, la menor ha comenzado su camino en la educación superior mientras sigue cursando sexto grado. Su historia resalta los desafíos y logros de los niños con habilidades excepcionales en el sistema educativo.
Diagnóstico y Capacidades
Desde temprana edad, Lara mostró habilidades sorprendentes. Su madre, Yamila, comenzó a investigar sobre su desarrollo a los tres años, y fue diagnosticada oficialmente con altas capacidades en Córdoba a sus diez años. Además, a Lara se le diagnosticó TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad).
Yamila comentó que, aunque Lara tiene destacadas capacidades comunicativas y de memoria, su rendimiento en matemáticas es menor. La madre señala que muchos niños con altas capacidades son malinterpretados como problemáticos en el ámbito escolar, cuando en realidad suelen aburrirse debido a la falta de desafíos.
La Dificultad Escolar
Lara se enfrentó a dificultades en su escolaridad. Durante la pandemia, al iniciar la primaria, fue desalentada por su escuela, que solicitó no conectar a su hija más a las clases virtuales debido a que ya sabía leer y escribir. Este contratiempo afectó emocionalmente a Lara, quien anhelaba la interacción con sus compañeros.
La familia finalmente encontró un colegio que apoyó el desarrollo de Lara, permitiendo que continuara en su grado correspondiente. “Ella es muy feliz con sus amigos”, expresó su madre.
Ingreso a la Universidad
A pesar de su escolaridad habitual, Lara decidió comenzar una diplomatura en Community Management en la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Inicialmente, la idea era de su madre, pero Lara tomó la iniciativa de ocupar su lugar. Con el apoyo de la universidad, logró inscribirse a pesar de las complicaciones administrativas que implicaron su condición de menor.
Su participación en la universidad ha sido positiva. Lara afirmó que "llevar las dos cosas al mismo tiempo no la complican para nada", y ha notado un cambio significativo en su actitud y entusiasmo.
Impacto del Diagnóstico
El diagnóstico ha representado un “respiro” para Lara y su familia. Sus padres ahora observan a una niña más alegre y confiada. “Notamos que la facultad le cambió la vida”, señaló Yamila, quien también destacó que la niña se transforma en un nuevo entorno académico.
A pesar de su vida académica activa, Lara mantiene actividades recreativas como baile, canto, actuación y vóley, complementando su desarrollo integral. Además, se siente motivada por la comunicación, la locución y el periodismo.
Reflexiones y Mensajes
Lara comparte su experiencia con sentimientos de pertenencia a su clase y con la aceptación de su diagnóstico. “Yo soy una más en la clase", afirma, enfatizando su deseo de conectar con otros niños talentosos. También aconseja a quienes atraviesan situaciones similares a buscar ayuda y no tener miedo de iniciar nuevos proyectos, sin importar la edad. Su enfoque revela la importancia del apoyo familiar y la necesidad de un sistema educativo adaptado a las verdaderas capacidades de los niños.