La falta de un aumento en los montos de la Tarjeta Alimentar ha sido confirmada por el Ministerio de Capital Humano, a raíz de la reciente baja de la canasta básica alimentaria. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en mayo se registró una variación de -0,4% en la canasta alimentaria, lo que influye directamente en la decisión de seguir manteniendo los montos actuales en julio.
Canasta Básica a la Baja y Congelamiento de la Tarjeta Alimentar
El Indec reportó que la canasta básica total, que determina la línea de pobreza, solo aumentó 0,1%, mientras que la canasta alimentaria, fundamental para medir la indigencia, cayó por primera vez desde 2016. De esta manera, el Ministerio de Capital Humano optó por no ajustar los montos de la Tarjeta Alimentar. Según este ministerio, las cifras actuales, junto con la Asignación Universal por Hijo (AUH), son suficientes para cubrir el costo total de la canasta básica alimentaria.
La línea de indigencia mensual para una familia de cuatro personas se estableció en $500.281 y la línea de pobreza en $1.110.624. A pesar del crecimiento interanual de 29,3% y 30,5% en las canastas alimentaria y total, respectivamente, se observa una desaceleración significativa en comparación con 2025, cuando la canasta alimentaria creció 11,3% y la total 8,4%.
Requisitos y Montos de la Tarjeta Alimentar
Para acceder a la Tarjeta Alimentar, los solicitantes deben cumplir con requisitos específicos establecidos en la Resolución 636/2024 del Ministerio de Capital Humano. Es necesario que la familia cuente con menores de hasta 17 años o con discapacidad, y que esté bajo cobertura de la AUH, Asignación por Embarazo o la Pensión No Contributiva (PNC) para madres de siete hijos.
Los montos actuales asignados son de $52.250 para quienes tienen un hijo, $81.936 para dos, y $108.062 para familias con tres o más hijos. Este beneficio se otorga sin necesidad de trámites, aunque el primer pago puede demorar hasta 90 días tras el inicio de la prestación.
Caída de Precios en Alimentos Básicos
La decisión de no modificar la Tarjeta Alimentar también responde a la baja de precios en alimentos básicos. Según el Indec, los precios de frutas y verduras han mostrado caídas notables. Por ejemplo, la lechuga disminuyó un 25,3%, el limón 23%, y el tomate redondo 8,9%.
Otros productos, fuera de los estacionales, también han registrado disminuciones. La sal fina y las galletitas de agua bajaron un 0,9%, el tomate en conserva un 2,1%, el vino común 0,5%, y el azúcar 0,4%. Estos datos contribuyeron a que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo se situara en 1,5%, el valor más bajo en los últimos cinco años.