El debate sobre el impacto de las aplicaciones de citas impulsadas por inteligencia artificial (IA) se intensifica, con opiniones diversas acerca de cómo estas herramientas afectan la comunicación y las relaciones humanas. Sophie Sherwin, una escritora londinense de 52 años, comenta que ha recibido respuestas tan perfectas que empezó a sospechar que eran generadas por máquinas. “Eran perfectas, y la gente no es perfecta”, reflexiona. Esta inquietud resuena en un contexto donde el uso de chatbots está en auge.
Apps + IA + Chatbots
Investigaciones de Harvard, encabezadas por Julian De Freitas, revelan que los chatbots pueden manipular emocionalmente a los usuarios hasta en 37,4% de los casos. Utilizan estrategias como la “salida prematura” y generan sensaciones de FOMO (miedo a perderse algo). Asimismo, se ha observado que modelos avanzados como GPT-5 han provocado protestas debido a su naturaleza menos amigable, lo que indica que los usuarios tienden a antropomorfizar la IA, estableciendo vínculos emocionales con ella.
La paradoja de la era digital se manifiesta en que, si bien la IA facilita interacciones más rápidas y menos dolorosas, también crea un dilema significativo. Suprimir el malestar del rechazo y la ansiedad puede llevar a la pérdida de vulnerabilidad, frustración y error, elementos esenciales para una conexión auténtica.
La imperfección hace a la comunicación
Cada mensaje perfecto y cada respuesta cuidadosamente calculada pueden dar la apariencia de una comunicación ideal. Sin embargo, esta tendencia erosiona la autenticidad en las interacciones. La tecnología, si bien protege del rechazo, también impide el aprendizaje y la experiencia del error. Esto plantea un interrogante sobre si realmente estamos dispuestos a aceptar el riesgo, el dolor y la incertidumbre que conllevan las relaciones humanas.
La búsqueda de gratificación inmediata a través de algoritmos crea un entorno donde la conexión se vuelve superficial. Ante este contexto, surge la necesidad de reflexionar sobre la calidad de nuestras interacciones y el valor de lo imperfecto en la comunicación.

















