La colonia de loros barranqueros en El Cóndor, un tesoro global en riesgo

La colonia de loros barranqueros en El Cóndor, un tesoro global en riesgo

En los acantilados del balneario El Cóndor, cerca de Viedma en Río Negro, se encuentra la colonia de loros barranqueros más grande del mundo. Este hábitat se extiende a lo largo de aproximadamente 18 kilómetros de acantilados frente al mar y alberga cerca de 37,000 nidos activos, lo que representa el 71% de la población mundial de esta especie.

Valor del patrimonio natural

Mauricio Failla, biólogo y guía de Patagoning Turismo Natural, afirmó en una reciente entrevista en Radio Nacional Viedma que esta colonia es un patrimonio natural de importancia única a nivel global. “En ninguna otra parte del mundo hay la cantidad de nidos de loros juntos de ninguna especie y puede que sea la colonia de aves más grande del mundo”, expresó Failla, subrayando la crucial necesidad de preservar el hábitat natural.

Hábitos de nidificación y comportamiento

Los loros barranqueros excavan madrigueras en los acantilados, que pueden llegar a medir hasta tres metros de largo. Su periodo de nidificación se extiende de noviembre a febrero. Las bandadas buscan frutos, semillas e insectos, desplazándose hasta 65 kilómetros tierra adentro. Durante primavera y verano, se generan masivas salidas al amanecer, un espectáculo que ya atrae el interés del turismo ornitológico.

Failla también destacó que esta especie es monógama, viviendo hasta 18 años y manteniendo la misma pareja a menos que ocurra una muerte. Además, se caracteriza por tener actividad reproductiva durante todo el año.

Conservación y turismo sostenible

Desde 2024, la localidad cuenta con la Reserva Natural Municipal “Acantilado de los Loros”, destinada a proteger tanto los nidos como el monte nativo que sustenta la colonia. Esta declaratoria promueve un turismo sostenible, prohíbe la deforestación y regula las actividades para reducir el impacto en las aves.

La colonia ha sido reconocida como Área Importante para la Conservación de las Aves y Prioritaria por el Sistema de Áreas Protegidas de la Patagonia Á­ida, lo que abre la puerta a proyectos de investigación, educación ambiental y un aumento en la visibilidad turística del área.

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