Al atardecer del 29 de mayo, Juan Bosco, un sacerdote ruandés, se conmovió al recibir su constancia de nacionalización argentina en el microcentro porteño. En el noveno piso de Libertad 731, levantó el documento hacia el cielo, agradeciendo a Manuel, un esclavo africano considerado patrón del país. Este gesto simbólico marca un nuevo capítulo en la vida de Bosco, quien ha dedicado su vida a la comunidad matancera.
Un Camino de Fe y Compromiso
Bosco, conocido como Jean Bosco Nsengimana Mihigo, expresó que esta fecha es su nuevo cumpleaños. Su decisión de nacionalizarse estuvo impulsada por el amor hacia los niños de la Capilla Nuestra Señora de Luján en La Matanza, quienes lo apoyan y lo inspiran a diario. Uno de los niños incluso le regaló una peluca, un gesto que refleja el cariño que siente por ellos.
La comunidad cristiana ha sido fundamental en su viaje. Bosco citó la famosa oración del mártir Carlos Mugica, que le sirvió de inspiración para su compromiso con su nueva patria.
Miedo y Superación
Al llegar a Argentina, Bosco sintió miedo por el desconocido futuro que le esperaba. Sin embargo, su madre lo tranquilizó, recordándole que la Virgen estaba con él. Nacido en una familia con herencia real y con un tío obispo, su conexión con la fe se ha mantenido fuerte a lo largo de su vida.
A través de los años, Bosco ha establecido vínculos profundos en la comunidad, luchando por causas como la atención a personas con discapacidad, un tema que le tocó en lo personal.
Reflexiones sobre la Cultura y la Educación
En su papel como religioso, Bosco también ha enfrentado prejuicios en el ámbito académico. A pesar de las dudas de algunos catedráticos, demostró su valía en la Universidad Católica Argentina. Su pasión por la filosofía y su crítica a visiones racistas lo han llevado a redescubrir la historia africana y su influencia en la espiritualidad.
Durante la pandemia, adaptó su método de asistencia, llevando alimento a las casas en lugar de dejarlo en la vereda, lo que recibió elogios incluso del Papa Francisco, quien lo alentó en su labor.
Un Legado en Construcción
Además de su labor pastoral, Bosco se ha embarcado en la escritura. Tiene un libro titulado "María de Nazareth: negra villera", donde explora la identidad cultural y espiritual de la Virgen María, desafiando las traducciones y percepciones tradicionales.
A través de su servicio, Bosco no solo ha encontrado su hogar en Argentina, sino que también ha dejado una huella profunda en la comunidad matancera, integrándose y transformándose al mismo tiempo. Su compromiso y vocación lo convierten en un referente importante en el ámbito social y religioso del país.
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