Las inundaciones en la provincia de Buenos Aires se han convertido en una crisis agrícola sin precedentes, afectando a más de 5 millones de hectáreas y generando pérdidas estimadas en US$ 2.400 millones para el sector agropecuario. La situación, que se ha prolongado desde abril de este año, está provocando serias repercusiones tanto económicas como sociales en las comunidades afectadas.
Impacto en la Superficie Agrícola y Ganadera
El análisis realizado por Ignacio Iturriaga, productor de la zona de Roque Pérez, revela que la superficie anegada se divide equitativamente entre 2,25 millones de hectáreas de tierras agrícolas y ganaderas. Los costos directos por la afectación de estos campos son significativos: US$ 466 por hectárea en agricultura y US$ 50 por hectárea en cría de ganado.
Iturriaga también destacó que, considerando los márgenes brutos, la situación se complica aún más, con US$ 400 por hectárea agrícola y US$ 180 por hectárea ganadera en riesgo. Estos números ponen de relieve la magnitud de la crisis que enfrenta el sector agropecuario de la región.
Consecuencias Económicas Ampliadas
Las estimaciones de pérdidas no solo se limitan a los ingresos directos de los productores. Iturriaga señala que la falta de inversión en el sector debido a los terrenos inundados tiene un efecto dominó en la economía local. La suma de US$ 1.161 millones en inversión no realizada se combina con US$ 1.305 millones de margen bruto que queda en suspenso, llevando el impacto total a US$ 2.466 millones.
“Lo que no se invirtió por estar tapado de agua no es plata que pierde el productor: es plata que pierde el de la estación de servicio por el gasoil que no vendió”, explicó Iturriaga, enfatizando el impacto en las comunidades locales y las economías regionales.
Perspectivas Futuras para la Comunidad Agrícola
Los efectos de esta crisis se extienden más allá de los campos anegados. La falta de actividad en el sector agropecuario afecta a una variedad de negocios locales, desde la venta de insumos agrícolas hasta los servicios de contratación. La interacción entre los sectores económicos es crucial, ya que lo que no se invierte ahora repercutirá en las posibilidades de reactivación y desarrollo de las comunidades el próximo año.
A medida que la situación continúa desarrollándose, el sector agropecuario enfrenta no solo desafíos inmediatos, sino también un panorama incierto para el futuro agrícola de la región.


















