Tras meses de sequía y un clima árido que complicaron la producción agrícola, un intenso ciclo de lluvias iniciado en febrero ha devastado las cosechas en la zona núcleo de la Provincia de Buenos Aires. Con cifras alarmantes y un pronóstico incierto, los productores enfrentan ahora nuevos desafíos que amenazan la viabilidad de sus actividades.
Impacto de las lluvias en la producción
Según un informe de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), cerca de 2 millones de hectáreas se han visto comprometidas debido a las precipitaciones, con aproximadamente 500.000 hectáreas completamente inundadas. La situación se ha agravado en 13 localidades, donde los productores intentan hacer frente a la crisis.
Pablo Ginestet, secretario de Carbap, advirtió que el drenaje del agua está impactando aún más a otros municipios como Bolívar y Tapalqué. “El agua avanza por los arroyos Vallimanca y Las Flores”, afirmó.
Situación en localidades afectadas
En localidades como Olavarría, Laprida y La Madrid, Ginestet comentó que aunque “la situación ha mejorado” gracias al drenaje, otros sectores podrían verse en problemas en breve. “Hay lugares donde no hay agua, pero a los pocos días puede llegar”, explicó, lo que deja a los productores en una continua incertidumbre.
Los cultivos de girasol han sido gravemente afectados, y el maíz temprano enfrenta dificultades para ser cosechado. Por otro lado, los productores de ganado enfrentan la falta de pasturas, lo que ha llevado a pérdidas significativas en sus rebaños.
Afectaciones en la cría de ganado
Las inundaciones también han impactado una etapa crucial en la producción ganadera: el destete. Especialistas enfatizan la importancia de reducir el estrés en los terneros que ya han atravesado esta etapa, y sugieren demorar algunos días el destete de aquellos que no lo han hecho.
Repercusiones más allá de Buenos Aires
El fenómeno de las lluvias también ha afectado a Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, donde se han registrado precipitaciones que superan los promedios históricos. Sin embargo, desde Carbap descartaron que este agua pueda trasladarse hacia la Provincia de Buenos Aires, ya que generalmente drena hacia el río Paraná.
Desafíos de infraestructura
Más allá de la situación actual, el sector rural se preocupa por las secuelas en la infraestructura, especialmente en caminos y puentes. Ginestet resaltó que “quedan muchos problemas para la infraestructura de transporte”. La comunidad rural se enfrenta a un panorama complejo, donde la recuperación será un proceso largo y lleno de desafíos.