La reciente demostración de un agente de inteligencia artificial ha dejado a muchos boquiabiertos al mostrar su capacidad para facilitar tareas cotidianas. En un tiempo de 10 a 15 minutos, el sistema accedió a un calendario de Google, eligió una noche libre entre las 6 y 9 PM, y sugirió opciones de cena en restaurantes italianos, de sushi o coreanos, todos con calificaciones superiores a 4.3 estrellas. Esta presentación expone el potencial de la IA como un asistente digital eficaz en la vida diaria.
El negocio detrás de la cortina
Sam Altman, CEO de OpenAI, ha revelado que la compañía podría empezar a cobrar una comisión del 2% sobre las ventas generadas a través de su software. Aunque la empresa ha negado incluir recomendaciones patrocinadas, Niamh Burns, analista de Enders Analysis, advierte: “Estas empresas de IA están bajo presión creciente para monetizar sus productos, así que algún tipo de anuncio o ubicación patrocinada parece inevitable”.
Esto plantea un interrogante crucial sobre la confianza en el sistema. ¿Qué sucede si el agente dirige a los usuarios hacia productos de empresas que le pagan a OpenAI? La duda sobre si las recomendaciones de la IA son realmente imparciales o responden a acuerdos comerciales se vuelve cada vez más relevante.
Acceso a los usuarios seleccionados
A partir de ahora, el sistema de inteligencia artificial estará disponible inicialmente para aquellos que paguen suscripciones mensuales en las versiones "pro", "plus" y "teams". Esta estrategia de exclusividad parece orientada a evaluar el mercado y comprobar hasta qué punto pueden avanzar sin recibir críticas importantes.