Los casos de homicidio altruista, donde una persona decide quitarle la vida a un ser querido antes de suicidarse, han suscitado un creciente interés y preocupación por las implicaciones psicológicas que los rodean. Este fenómeno, que combina un acto de violencia extrema con un aparente deseo de proteger a la víctima, evidencia la complejidad de los trastornos mentales y la necesidad urgente de atención especializada.
Definición y características del homicidio altruista
El homicidio altruista, también denominado “suicidio ampliado”, representa una manifestación extrema de disturbios mentales. Este tipo de acto es particularmente perturbador pues se presenta como una combinación de violencia y benevolencia. A menudo, quienes lo cometen son personas con trastornos psicológicos graves y requieren un análisis profundo para comprender las motivaciones detrás de tales actos.
Perspectiva profesional
El médico psiquiatra Armando Policella, director de Salud Mental del Hospital Rocca y especialista en trastornos bipolares y depresión, abordó este fenómeno en un diálogo con el programa Ramos generales. Según Policella, los individuos que incurren en homicidios altruistas suelen estar afectados por una depresión profunda, en muchos casos acompañada de ideación suicida y, en ocasiones, de síntomas psicóticos o delirantes, que distorsionan su percepción de la realidad.
Importancia del tratamiento
Policella subrayó la necesidad de seguir un tratamiento adecuado para la depresión. Indicó que, tras un primer episodio depresivo, es fundamental un seguimiento que se extienda por al menos un año y medio. Esta continuidad en el tratamiento es crucial para prevenir episodios graves y proteger tanto al paciente como a su entorno.
La comprensión de estos complejos casos es esencial, no solo para tratar a quienes los padecen, sino también para desarrollar estrategias efectivas de prevención y intervención en salud mental.