Rosa Tarlovsky de Roisinblit, figura clave en la lucha por los derechos humanos en Argentina, falleció este sábado a los 106 años. Como presidenta honoraria de Abuelas de Plaza de Mayo, su legado trasciende generaciones en la búsqueda de la verdad sobre la desaparición de personas durante el terrorismo de Estado. La organización la recordó en un emotivo comunicado, destacando su compromiso, solidaridad y dedicación.
Reconocimientos y legado
A lo largo de su vida, Rosa recibió múltiples distinciones, como el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario y el Premio Anual Azucena Villaflor. Su compromiso con los derechos humanos fue reconocido incluso por el Senado de Santa Fe. A sus admiradores les quedará grabada su memoria prodigiosa y su alegría por el tenis y el tango. Su nieta, Mariana Eva Pérez, la despidió en redes sociales con un mensaje conmovedor: “Para mí, sos eterna”.
Orígenes y vida personal
Nacida el 15 de agosto de 1919 en Moisés Ville, Santa Fe, Rosa era hija de colonos judíos que huyeron de los pogroms en Rusia. Se graduó como obstétrica en la Universidad Nacional del Litoral y trabajó como partera jefa en la Maternidad Escuela de Obstetricia de Rosario. En 1949, se trasladó a Buenos Aires, donde se casó con Benjamín Roisinblit dos años después.
El inicio de la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo
La lucha de Rosa por los derechos humanos empezó con la desaparición de su hija Patricia Julia Roisinblit el 6 de octubre de 1978. La joven, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores y luego de Montoneros, fue secuestrada junto a su pareja, José Manuel Pérez Rojo, y su hija de un año, Mariana Eva. Durante su cautiverio, Patricia dio a luz a un hijo que sería apropiado y criado bajo una identidad falsa.
Rosa se unió a Abuelas de Plaza de Mayo en 1979, cuando aún se llamaba Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos. Su búsqueda culminó en 2004, cuando se logró restablecer la identidad de su nieto, Guillermo, a través de pruebas de ADN.
Trayectoria en Abuelas y proyección internacional
Conocida cariñosamente como “Site”, Rosa fue tesorera de la Comisión Directiva de Abuelas desde 1981 hasta 1989, para luego ocupar la vicepresidencia. En 1982, comenzó a participar en la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea General de la ONU, donde amplió la difusión de la búsqueda de nietos apropiados y la labor de Abuelas a nivel internacional.
Su nombre y su historia quedarán ligados, sin duda, a la defensa de la memoria, la verdad y la justicia en Argentina y en el mundo.