El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha desmantelado un esquema de fraude musical que generó más de 10 millones de dólares en regalías ilegales. Un estafador de Carolina del Norte fue acusado de crear cientos de miles de canciones utilizando inteligencia artificial y emplear bots para inflar artificialmente sus reproducciones en plataformas de streaming.
Nuevas armas contra el fraude digital en Spotify
Charlie Hellman, responsable global de música de Spotify, anunció la implementación de un innovador sistema de identificación de spam que marcará automáticamente el contenido sospechoso. Este sistema, que también bloqueará la recomendación algorítmica de dichos contenidos, busca hacer frente a los esfuerzos de los estafadores. Hellman afirmó que "la IA aceleró nuestra urgencia y cambió las tácticas que tenemos que utilizar".
Las nuevas políticas incluirán medidas reforzadas contra la suplantación vocal no autorizada y un proceso más claro para denunciar deepfakes que imitan las voces de artistas reconocidos. Además, Spotify aumentará su inversión para combatir las actividades maliciosas que suben contenido fraudulento en los perfiles de artistas establecidos. El sistema anti-spam detectará patrones como subidas masivas, duplicados y manipulación SEO.
El futuro incierto de la creatividad artificial
Spotify colaborará con DDEX (Digital Data Exchange) para establecer un etiquetado obligatorio de contenido creado con inteligencia artificial. Este estándar industrial permitirá a los usuarios identificar cuándo una canción ha sido producida total o parcialmente a través de algoritmos.
Sam Duboff, responsable global de marketing para artistas en Spotify, expresó que la música generada por IA aún no logra atraer a grandes audiencias. "Cuando la música no requiere mucho esfuerzo para ser creada, tiende a ser de baja calidad y no suele encontrar público", comentó. Esta medida busca equilibrar la innovación tecnológica con la protección artística en una industria que mueve miles de millones de dólares anualmente, en un contexto donde las discográficas como Universal Music Group presionan por regulaciones más estrictas.