Un vecino del edificio donde residía la reconocida intelectual Beatriz Sarlo ha desatado una controversia tras comentar que la escritora vivió prácticamente aislada, sin recibir visitas, y que mantenía una amistad cercana con el encargado del edificio, Melanio Alberto Meza López. Estas declaraciones se producen en medio de una disputa sobre la herencia de la autora, fallecida en diciembre de 2024.
La Soledad de Beatriz Sarlo
En una entrevista con C5N, Cristian, un vecino del edificio, aseguró que "nadie venía a visitarla" y que Sarlo no tenía hijos. Este testimonio se basa en su conversación con el encargado del edificio, quien, según Cristian, era "muy amigo del exesposo" de la escritora. Además, el vecino describió cómo Meza López le ayudaba en tareas cotidianas, como ir al supermercado y a la farmacia, y que ambos compartían momentos de camaradería.
El encargado, que tenía acceso al departamento, también le mostró a Cristian un libro de Sarlo, lo que indica una relación cercana entre ambos. Cristian mencionó que tenía interés en alquilar el departamento, lo que puso de relieve la percepción de la atmósfera solitaria que rodeaba a la escritora.
La Polémica por la Herencia de Beatriz Sarlo
A seis meses de su muerte, el encargado del edificio reclamó ser heredero del departamento de Sarlo tras presentar un testamento ológrafo. Esta presentación interrumpe la sucesión iniciada por su exmarido, Alberto Sato Kotani, quien reside en Chile. Meza López presentó un testamento en el que Sarlo expresa su voluntad de que, en caso de su fallecimiento, su gata Nini quede a cargo de él.
La documentación presentada, fechada el 12 de junio y el 2 de agosto de 2024, menciona explícitamente que Meza López quedaría a cargo del departamento y de la gata, lo que ha suscitado un debate legal. Ambos documentos deberán someterse a pericias caligráficas para verificar su autenticidad en el Juzgado Civil 91, bajo la dirección del juez Carlos Hugo Goggi.
Implicaciones Legales y Consecuencias
Esta controversia ha generado revuelo en el entorno de la herencia de Sarlo. Tras su muerte, el círculo íntimo de la autora planeaba crear un fideicomiso para financiar una fundación cultural, pero esos planes se ven amenazados por la aparición de Meza López. Su abogado, Carlos Félix Somaglia, argumenta que Sato, quien no tenía una relación marital activa con Sarlo, carece de derechos sobre la herencia.
De ser invalidados los documentos de Meza López y determinarse que Sato no tiene legitimación, la Ciudad de Buenos Aires podría convertirse en beneficiaria del legado de Sarlo, dado que no hay herederos colaterales directos. La situación continúa desarrollándose en los tribunales, lo que mantiene en suspenso el futuro de la propiedad y la mascota de la escritora.