Tras la reciente victoria oficialista en las elecciones legislativas, el Gobierno ha iniciado un conjunto de medidas orientadas a revitalizar la actividad económica y mejorar el nivel de consumo y crédito. Este resultado electoral despejó las dudas sobre el esquema cambiario a corto plazo y permitió un cambio hacia una estrategia que busca inyectar pesos en la economía en lugar de las acciones restrictivas previas.
Menor renovación de deuda en pesos
El Ministerio de Economía ha dado un primer paso significativo al realizar una licitación de títulos en moneda local, en la que se renovó solo el 57,18% de aproximadamente 12 billones de pesos que vencían. Esta decisión liberó casi 5 billones de pesos en el mercado, facilitando la liquidez y marcando el comienzo de una fase de laxitud monetaria.
En noviembre, están previstas nuevas licitaciones con vencimientos cercanos a 18 billones de pesos. Si se sigue con esta estrategia, una porción considerable de esos fondos estará disponible, lo que puede favorecer la circulación de pesos y estimular el crédito.
Flexibilización de los encajes bancarios
El Banco Central ha decidido modificar el régimen de encajes, que a partir del 1 de noviembre se calculará mensualmente, manteniendo un piso diario del 95%. Aunque el nivel total de encajes seguirá en torno al 53%, esta medida otorga una mayor flexibilidad a las entidades financieras para manejar su liquidez diaria y canalizar recursos hacia préstamos.
La normativa anterior había sido altamente restrictiva en un intento de evitar presiones sobre el dólar durante el proceso electoral.
Tasas en descenso y recuperación del crédito
Las recientes decisiones han comenzado a impactar en el mercado de pesos. En la última colocación de títulos del Tesoro, las tasas anuales fluctúan entre 37% y 44%, cifras que, aunque aún elevadas, están por debajo de los niveles anteriores. Esta tendencia podría facilitar la recomposición del crédito comercial y personal, sectores que se vieron afectados por la dolarización preelectoral y los altos costos financieros.
Adicionalmente, se prevé que la demanda estacional de pesos en diciembre, impulsada por aguinaldos y gastos de fin de año, ayude a absorber parte de la liquidez sin presionar al dólar.
Equilibrar estabilidad y estímulos
La estrategia del Gobierno no busca renunciar al orden fiscal ni a la estabilidad nominal, sino combinar estos elementos con estímulos específicos a la inversión y al consumo. Esto incluye iniciativas como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). La continuidad de acuerdos internacionales de financiamiento y el respaldo de EE.UU. facilitarían una mayor inyección de pesos en la economía sin comprometer el equilibrio cambiario.
Con estas medidas, el Gobierno espera reactivar la economía, estimular el crédito y consolidar la estabilidad financiera, aprovechando un escenario más favorable luego de los resultados electorales.
