La obra del soterramiento del tren Sarmiento, anunciada en 2008, llega a su fin tras casi dos décadas de ineficiencia. En una decisión reciente, el Gobierno y las empresas constructoras Sacde (ex Iecsa) y Ghella acordaron cancelar el proyecto, que solo logró completar un corto tramo de 7 kilómetros de los 32,6 kilómetros previstos. A continuación se detallan las circunstancias que llevaron a esta resolución.
Historia del proyecto
El soterramiento del tren Sarmiento fue presentado durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner como una obra emblemática para modernizar el transporte ferroviario en Buenos Aires. Sin embargo, tras múltiples promesas y anuncios, el avance fue mínimo. La tuneladora, que llegó al país en 2011, permaneció inactiva durante años y solo comenzó a operar bajo el gobierno de Mauricio Macri en 2016, aunque su trabajo se detuvo en 2018.
Decisión de cancelación
La reciente decisión de la administración de Javier Milei de dar de baja el proyecto se basa en la imposibilidad de financiar la obra, que había sido objeto de sospechas de corrupción y críticas por su prolongada paralización. Diego Cabot, periodista de La Nación, destacó que 420 millones de dólares se perderán con el cierre del túnel. Esto implica sellar el avanzado túnel con murallas, dejando bajo tierra no solo una cuantiosa inversión, sino también una tuneladora que se considera irrecuperable.
Consecuencias para la comunidad
El abandono del soterramiento perpetúa los problemas de movilidad para los vecinos de la línea Sarmiento, quienes han lidiado durante años con obras inconclusas, carriles cerrados y una falta de alternativas. Este desenlace, que descarta cualquier posibilidad de mejoras viales en la zona, pone de manifiesto la ineficacia de la gestión pública en el ámbito de las obras de infraestructura, afectando a miles de usuarios que esperaban un tren subterráneo que jamás llegó.