El frío invernal agrava problemas dermatológicos y genera alertas médicas

El frío invernal agrava problemas dermatológicos y genera alertas médicas

Durante el periodo invernal, la atención sobre el cuidado de la piel suele centrarse más en la protección solar que en los efectos del frío, que también pueden ser perjudiciales. Especialmente en personas con enfermedades crónicas como rosácea, psoriasis o dermatitis atópica, las bajas temperaturas pueden agravar significativamente los síntomas. Según datos de la División de Dermatología del Hospital de Clínicas, un 30% de las consultas dermatológicas invernales están relacionadas con estos factores.

Efectos del frío en la piel

Las bajas temperaturas disminuyen la actividad de las glándulas sebáceas, lo que reduce la producción de sebo y lípidos que protegen la piel, debilitando su barrera cutánea. Esto culmina en la deshidratación de la piel, que puede volverse seca, tirante y sensible. A su vez, el uso intensivo de calefacción en interiores disminuye la humedad ambiental, favoreciendo infecciones en áreas de piel agrietada.

El viento también contribuye al desgaste de la capa córnea, especialmente en el rostro, labios y manos, lo que puede provocar microfisuras que facilitan la entrada de irritantes y alérgenos.

Afecciones dermatológicas inducidas por el frío

El frío invernal no solo perjudica la hidratación de la piel, sino que también puede dar lugar a afecciones como el eritema pernio o sabañones. En 2024, se reportó un aumento notable de casos de sabañones, debido a la vasoconstricción provocada por las bajas temperaturas. Este fenómeno reduce el oxígeno en la epidermis y causa inflamación, picazón e hinchazón que pueden durar hasta dos semanas.

Los especialistas advierten que la aparición frecuente de sabañones puede ser un indicativo de condiciones más complejas como vasculitis o crioglobulinemia. Además, factores como el uso de calzado ajustado, el consumo de tabaco y tener contextura delgada incrementan el riesgo de sufrir estas afecciones.

Rosácea y dermatitis atópica

La rosácea se ve afectada por los cambios bruscos entre el frío exterior y los ambientes calefaccionados, lo que provoca vasodilatación y enrojecimiento facial. La dermatitis atópica también tiende a empeorar en invierno por la falta de hidratación y factores desencadenantes como el roce con lana o infecciones.

Graciela Manzur, jefe de la División de Dermatología, resalta la importancia de mantener un régimen de hidratación adecuado y utilizar productos específicos que ayuden a combatir la sequedad y la irritación de la piel.

Consejos para cuidar la piel en invierno

La División de Dermatología del Hospital de Clínicas ha elaborado una lista con diez recomendaciones para el cuidado de la piel durante el invierno. Es fundamental modificar los hábitos de higiene y cuidado para proteger la dermis de los efectos adversos del frío.

  1. Hidratación constante: Utilizar cremas que contengan ceramidas, urea, ácido hialurónico y otros ingredientes hidratantes.

  2. Higiene adecuada: Evitar los baños prolongados con agua caliente y utilizar limpiadores suaves.

  3. Proteger áreas sensibles: Usar bálsamos en los labios y cremas hidratantes en manos y pies.

  4. Mantener el uso diario de protector solar, incluso en días nublados o fríos.

  5. Evitar cambios bruscos de temperatura y protegerse del viento.

  6. Optar por ropa de algodón y evitar el contacto directo con lana o sintéticos en pieles sensibles.

  7. Mantener una ingesta adecuada de agua, entre 1,5 y 2 litros diarios, y consumir alimentos ricos en nutrientes.

  8. Consultar a un dermatólogo para tratamientos personalizados, especialmente en pacientes con condiciones preexistentes.

  9. No automedicarse y estar atentos a cualquier síntoma inusual, como grietas o picazón intensa.

  10. Atender la dieta, privilegiando el consumo de alimentos que fortalezcan la piel.

Estas medidas buscan prevenir daños a la piel durante el invierno y propiciar un estado de salud óptimo.

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