El consumo energético de ChatGPT en comparación con búsquedas en Google genera debate sobre sostenibilidad

La expansión masiva de la inteligencia artificial (IA) ha generado un intenso debate sobre su impacto ambiental. A medida que más personas tienen acceso a tecnologías como ChatGPT, surgen preocupaciones respecto a la energía consumida por estas operaciones. Un análisis detallado revela cifras que invitan a la reflexión sobre el verdadero costo ecológico de utilizar IA en la vida cotidiana.

Impacto del uso de IA en el medio ambiente

El auge de la inteligencia artificial generativa ha llevado a un aumento en la demanda de capacidad de procesamiento, lo que a su vez requiere la construcción de grandes centros de datos. Estos centros no solo consumen agua y energía, sino que también contribuyen a las emisiones de carbono. Ante este escenario, varios expertos están trabajando en el desarrollo de una IA que sea sostenible y más respetuosa con el medio ambiente.

Energía consumida por ChatGPT

Un aspecto crucial a considerar es el consumo energético asociado a cada consulta en ChatGPT. Se estima que cada interacción consume 3 vatio-hora (Wh) de energía. Este número se vuelve relevante cuando se le compara con la búsqueda promedio en Google, que consume casi diez veces menos. Sin embargo, la científica de datos de la Universidad de Oxford, Hannah Ritchie, destaca la importancia de poner estas cifras en perspectiva.

Comparativa con el consumo diario

El consumo eléctrico per cápita en el Reino Unido es de 12.000 Wh al día, lo que significa que la energía utilizada por una consulta en ChatGPT representa apenas el 0,2% del consumo diario. En Estados Unidos, donde el consumo es tres veces mayor, realizar 10 consultas diarias equivaldría a solo el 0,09% del total.

Reflexiones sobre el consumo energético de IA

Ritchie argumenta que la percepción del elevado consumo energético de ChatGPT proviene de comparaciones sin contexto. "La afirmación de que utiliza diez veces más energía que una búsqueda en Google es cierta, pero el problema radica en que esta última consume muy poca energía. Por lo tanto, incluso multiplicar una cantidad pequeña por diez sigue resultando en un número pequeño", explicó la investigadora.

A medida que la tecnología avanza, la búsqueda de un equilibrio entre innovación y sostenibilidad se vuelve cada vez más urgente.

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