El alfajor Fulbito es un símbolo de la infancia argentina, evocando recuerdos de meriendas y recreos. Considerado una golosina sencilla y asequible, este clásico se ha vuelto escaso en los kioscos, convirtiéndose en un "tesoro" para quienes lo recuerdan. A medida que los precios han incrementado y las golosinas tradicionales han sido desplazadas por marcas comerciales, su disponibilidad ha disminuido. Sin embargo, hay una alternativa que permite revivir este sabor nostálgico: prepararlo en casa.
Cómo preparar el mejor alfajor Fulbito casero
Ingredientes
Para las tapas:
- 50 gramos de manteca
- 50 gramos de azúcar
- 1 huevo
- 1 cucharada de esencia de vainilla
- 120 gramos de harina
Para el relleno:
- 100 gramos de chocolate
- 20 mililitros de agua hirviendo
- 1 cucharada de cacao
Cómo hacerlo paso a paso
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Preparación de la masa: En un bowl, mezclar la manteca a temperatura ambiente con el azúcar hasta obtener una textura cremosa y color claro. Este paso es crucial para la finalización de las tapas.
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Agregar el huevo y la esencia de vainilla. Batir hasta integrar bien todos los ingredientes. La vainilla agrega un aroma característico.
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Incorporar la harina: Agregar lentamente la harina tamizada para evitar grumos. Revolver hasta obtener una mezcla homogénea que no se pegue a las manos.
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Reposo de la masa: Estirar la masa en una superficie enharinada hasta un grosor de aproximadamente 2 centímetros y refrigerar durante 20 minutos. Este reposo facilita el manejo posterior.
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Corte y horneado: Cortar las tapas con un molde redondo y marcarlas con dibujos de pelota de fútbol, si se desea. Hornear a 180° durante 10 minutos, cuidando que permanezcan suaves.
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Preparación del relleno: Fundir el chocolate a baño María y añadir el agua hirviendo y el cacao. Mezclar bien hasta obtener una textura uniforme. Enfriar en la heladera por dos horas.
- Armado del alfajor: Una vez frías las tapas y con el relleno enfriado, colocar una cucharada de relleno entre dos tapas y presionar suavemente.
El proceso de preparación no solo recupera un sabor característico de la infancia argentina, sino que también ofrece la posibilidad de disfrutar de un dulce hecho en casa, preservando la memoria colectiva de un símbolo nacional.