Dólar impulsa aumento irregular de combustibles y cae consumo en el país

Aumenta el precio de la nafta tras el salto del dólar en julio

La reciente suba del dólar, que se consolidó por encima de los $1.400 tras las elecciones en Buenos Aires, ha generado un nuevo aumento en los precios de la nafta y el gasoil en el país. Este incremento está impactando directamente en el consumo, afectando a los ciudadanos que dependen de estos combustibles. Las petroleras han adoptado sistemas de “micropricing”, permitiendo ajustes en los valores a cualquier momento del día y en diversos corredores geográficos.

Cambio en la comunicación de precios

La decisión de las petroleras de no informar oficialmente los cambios en los precios se consolidó tras la derogación por parte del Gobierno en junio de la obligación de comunicar aumentos o bajas. Esta medida ha eliminado la transparencia que existía previamente, que permitía a los consumidores consultar en tiempo real los precios en más de 5.000 estaciones de servicio a través de la aplicación Precios en Surtidor.

Aumento en los precios de combustibles

De acuerdo con el portal Surtidores, que rastrea los precios históricos de YPF en la Ciudad de Buenos Aires, se ha registrado un aumento promedio en los precios de naftas y gasoil de entre 5% y 6% en los últimos 45 días. Situaciones similares se han observado en otras marcas como Shell, Axion y Puma Energy.

Factores que impactan los precios

El precio de los combustibles en Argentina depende de cuatro variables: el valor internacional del petróleo, el dólar, los biocombustibles que se mezclan en las refinerías y los impuestos. Tras la reciente volatilidad del petróleo y el dólar, las refinadoras han empezado a trasladar los incrementos de manera gradual, evitando subas abruptas que la demanda no podría absorber.

Efecto en el consumo

Este aumento ha tenido un impacto notable en el consumo. En julio, las ventas de combustibles cayeron 1,2% interanual, y se prevé que los consumidores opten por alternativas más económicas, como la nafta súper o el GNC. Esto podría resultar en una reducción de la demanda de nafta premium, que es un 20% más cara.

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