La desaparición de Lian Gael Flores Soraide, un niño de tres años, ha adquirido un nuevo giro tras la solicitud de la familia para la detención de dos vecinos. Esta petición surge en el contexto de la investigación por la desaparición del niño, quien fue visto por última vez el 22 de febrero de 2025 en un paraje rural cerca de Ballesteros Sud, Córdoba. Los celulares de estos vecinos fueron secuestrados y contenían material alarmante relacionado con el abuso y explotación sexual infantil.
Siete meses sin rastros y un giro en la investigación
Lian desapareció mientras se encontraba en su hogar junto a sus padres. A las 16:00 horas del día de su desaparición, su hermana salió a buscarlo para merendar, momento en el cual la familia notó su ausencia. El niño vestía un pantalón azul y no llevaba remera; dicha prenda fue hallada al día siguiente en la puerta de la casa.
Desde entonces, la búsqueda se ha centrado en la llamada “zona cero”, una área donde varias familias se dedican a la fabricación de ladrillos. El caso se investiga como un posible secuestro extorsivo, aunque no se descartan otras hipótesis que continúan siendo evaluadas por las autoridades.
El pedido de detención y los hallazgos en los celulares
Recientes desarrollos en la investigación han llevado a que la familia Flores Soraide solicite la detención de los dos vecinos. Según fuentes cercanas al caso, las sospechas se han incrementado debido a las contradicciones en las declaraciones de ambos jóvenes. El 23 de febrero, la Policía secuestró sus teléfonos, donde se encontraron más de 40 archivos de abuso sexual infantil en el celular del menor.
Además, el teléfono del hermano mayor también contenía material perturbador, incluyendo dos archivos de pedofilia y miles de videos pornográficos. Los expertos en análisis digital han calificado esta evidencia como “de extrema gravedad”, aunque aún no se ha determinado si los sospechosos produjeron o distribuyeron dicho material.
Lian Gael Flores Soraide: cronología de la desaparición
La tarde del 22 de febrero, Lian desapareció mientras sus padres dormían. Su madre lo había visto cerca de las 15:30, y al despertarse, la familia notó su falta. Los padres alertaron a los vecinos, y rápidamente, la comunidad inició la búsqueda en campos y caminos cercanos, sin obtener resultados.
La Policía fue alertada al caer la noche, y se inició un operativo de búsqueda que involucró patrullas rurales, bomberos y más de 300 personas. Helicópteros y drones fueron utilizados para realizar rastrillajes exhaustivos en la zona, pero lamentablemente, hasta la fecha, no se han encontrado pistas concluyentes.
Pronto, el procurador general interino, Eduardo Casal, dispuso que la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas interviniera en este trágico caso, uniendo esfuerzos con la fiscal de Villa María.
















