El lunes pasado, la fábrica INCA en Chilecito cerró sus puertas de manera definitiva, afectando a 23 trabajadores. Esta decisión de la empresa Nihuil S.A. siguió a un fin de semana en el que se ofrecieron retiros voluntarios, aunque no logró evitar el desenlace.
¿Por qué se tomó la decisión de cerrar INCA?
La Secretaría de Trabajo de la Provincia, liderada por Myriam Espinoza, confirmó el cierre y destacó la prolongada crisis que afectaba a la fábrica. Se habían implementado varias medidas, incluyendo audiencias de conciliación, reducción de la jornada laboral y disminución de salarios, todas aceptadas por los empleados con el fin de sostener la producción.
Rumores sobre el posible cierre comenzaron a circular días antes, culminando con la confirmación oficial que desató la preocupación entre los trabajadores y la comunidad.
Consecuencias del cierre en la comunidad local
El cierre de INCA ha impactado negativamente a la comunidad de Chilecito. Muchas familias se encuentran en una situación de desesperanza ante la pérdida de empleo, mientras que el sector industrial provincial enfrenta un panorama complicado. Las autoridades laborales han garantizado que brindarán apoyo a los trabajadores durante esta etapa de transición.
Este cierre se suma a otros eventos similares en la región, donde el sector industrial ha sufrido impactos por la disminución de la demanda y problemas financieros, especialmente en fábricas textiles.
El futuro de INCA y su producción
A pesar de esta complicada situación, INCA aún mantiene aproximadamente 30 líneas de productos que incluyen puré, salsas de tomate, extractos y legumbres enlatadas. Además, la empresa opera con dos plantas adicionales en San Rafael, Mendoza, y Ramallo, Buenos Aires, donde se evalúa el futuro de su producción.