El Campo de Piedra Pómez, ubicado en la Puna catamarqueña, se erige como un destino impresionante para los amantes de la naturaleza y la fotografía. Este vasto paisaje, caracterizado por formaciones rocosas de piedra pómez que parecen esculturas naturales, ofrece una paleta de colores que varía del blanco al ocre y rosado. Con alturas que superan los 4 metros, esta maravilla geológica crea un entorno surrealista que ha captado la atención de visitantes nacionales e internacionales.
Un paisaje singular
El campo abarca un terreno de 25 kilómetros y se encuentra a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar. Las formaciones, resultado de la intensa actividad volcánica en la región, deslumbran a quienes se aventuran a recorrer la zona. Este espacio natural está rodeado de montañas y cielos de un azul intenso, convirtiéndose en un escenario ideal para la observación y la fotografía.
Cómo llegar al Campo de Piedra Pómez
Acceder al Campo de Piedra Pómez implica recorrer 522 kilómetros desde San Fernando del Valle de Catamarca. Desde Corral Quemado, la distancia es de 190 kilómetros y se puede llegar únicamente en vehículos 4×4 a través de la ruta provincial Nº 43. A medida que se avanza, los visitantes pueden disfrutar de paisajes impresionantes, aunque deben estar preparados para enfrentar vientos fuertes y escaso tránsito.
Las excursiones desde localidades como El Peñón, Antofagasta, Belén o Santa María son también una alternativa viable. Es recomendable contratar un guía local si se dispone de un vehículo adecuado, lo que enriquecerá la experiencia en este paisaje deslumbrante.
Historia y protección del área
El Campo de Piedra Pómez tiene un origen volcánico que se remonta a hace aproximadamente cien mil años. Las formaciones actuales son el resultado de erupciones de volcanes cercanos, como el conocido Blanco o Robledo, además de la erosión provocada por factores meteorológicos a lo largo de milenios.
Desde 2012, el área es considerada un espacio natural protegido, lo que implica que se debe respetar una serie de indicaciones para preservar su integridad. El ingreso de vehículos está prohibido dentro del campo, y las actividades turísticas permitidas —que incluyen fotografía, observación de aves y caminatas— están diseñadas para mantener un impacto ambiental mínimo, contribuyendo así a la conservación de este patrimonio natural.