El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha endurecido su política monetaria, estableciendo una exigencia sin precedentes en más de tres décadas. A partir del 1° de septiembre, los bancos deberán mantener inmovilizado el 53,5% del dinero que reciben en depósitos, lo que refleja un nuevo récord en las exigencias de encaje en el sistema financiero. Este cambio radical busca contener la crisis económica actual, pero ha generado un considerable malestar en el sector bancario.
Nueva política de encajes y reacciones
El nuevo umbral de encajes es el más alto en 32 años, evocando épocas de las políticas económicas implementadas por Domingo Cavallo en los 90. Las entidades financieras esperaban anuncios de flexibilización, pero, en su lugar, se encontraron con estrictas restricciones. Desde el BCRA, se autorizó que parte de los fondos inmovilizados puedan ser utilizados para la compra de títulos públicos, lo que les permite obtener un rendimiento mínimo.
A pesar de esto, la oposición entre el BCRA y el sistema bancario se intensifica, ya que los bancos buscaban señales de alivio, mientras que la implementación de este nuevo encaje se presenta como un obstáculo en su gestión.
La propuesta de la Banca Simons
En este contexto de tensiones, ha emergido la idea de la "Banca Simons", un modelo propuesto por el economista de Chicago Henry Simons, que ha sido mencionado previamente por el presidente Javier Milei. Este modelo teórico divide las funciones bancarias en dos compartimentos:
- Depósitos tradicionales: respaldados al 100%, impidiendo su uso para otorgar créditos.
- Préstamos: serían concedidos por actores del mercado de capitales, como sociedades de bolsa.
Aunque esta propuesta nunca ha sido implementada en su totalidad en ningún país, Milei la utilizó como parte de su campaña presidencial en 2023, bajo la promesa de "cerrar el Banco Central".
Opiniones sobre la Banca Simons
La "Banca Simons" ha resurgido en los debates económicos locales, especialmente por su potencial impacto en el sistema financiero. Si se aplicara, el riesgo inversor pasaría de las entidades bancarias a los ahorristas, que tendrían que asumir la responsabilidad de sus decisiones financieras.
En este sentido, el economista Andrés Asiain ha alertado sobre los peligros que conlleva este modelo: "El principal inconveniente de la banca Simons es que traslada el riesgo inversor desde los bancos hacia los propios ahorristas". La crítica señala que, al eliminar los plazos fijos, los ahorristas tendrían que recurrir a opciones de inversión que requieran un análisis de riesgo más exhaustivo.
Dentro del ambiente financiero, se considera que el incremento del encaje por encima del 50% no necesariamente indica un avance hacia este modelo, aunque no se descartan futuras subas hasta después de las elecciones legislativas de octubre de 2025.