La situación en el Hospital Garrahan, uno de los principales centros pediátricos del país, se ha intensificado tras un anuncio de incremento salarial que ha generado controversia entre el personal sanitario. A partir del mes de junio, los médicos residentes del hospital verán un aumento en su salario a $ 1.300.000, tras un bono adicional de $ 500.000 que se suma a su remuneración actual de $ 797.000. Este incremento, que representa una mejora del 30%, busca mitigar el conflicto laboral que ya había llevado a los empleados a planificar asambleas de protesta.
Reacción de los trabajadores
A pesar del anuncio, los delegados médicos del Garrahan han expresado que el conflicto no está resuelto. Señalan que el aumento no abarca a otros sectores vitales del hospital, como enfermeras y personal técnico. “El reclamo no solo es para los médicos”, declaró un vocero gremial, quien afirmó que “nos quieren dividir” al no incluir al personal de planta en las negociaciones.
La Asamblea General programada para el martes se perfila como un punto crucial para determinar los próximos pasos de los trabajadores. Sin embargo, fuentes gremiales advierten que la falta de diálogo con el Gobierno podría exacerbar el conflicto.
Comunicación oficial y auditoría
En un comunicado, el directorio del Garrahan subrayó que continuará el proceso de auditoría interna para erradicar los desvíos presupuestarios. El texto, revisado por la Casa Rosada, enfatiza la necesidad de una "transformación profunda" en la gestión hospitalaria.
El Gobierno, a través de la viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, había anticipado el aumento, pero su oficialización se retrasó, suscitando críticas sobre la gestión de la comunicación gubernamental.
La postura del Gobierno
La administración del hospital ha señalado que el incremento es parte de una planificación presupuestaria y no una respuesta a las huelgas programadas por los empleados. En un comunicado, se enfatizó que el Garrahan "no será más un refugio de ñoquis", refiriéndose a la implementación de un sistema biométrico de control de asistencia.
El Ministerio de Salud, liderado por Mario Lugones, ha endurecido su postura. Empleados en huelga se enfrentan a sanciones, incluyendo descuentos de salario y despidos tras ausencias prolongadas. "Se ha decidido que quien no se presente a trabajar será despedido", afirmaron fuentes oficiales.
Contexto político
El presidente Javier Milei ha vinculado la crisis en el Garrahan con la necesidad de una reforma estructural en el sector público, posicionando el conflicto como parte de la lucha contra la corrupción en el sistema de salud. Su discurso ha generado resistencia entre algunos trabajadores, quienes consideran que la respuesta del Gobierno ha sido desproporcionada y política.
La dinámica del conflicto en el Garrahan refleja tensiones más amplias en el sector salud argentino y la dificultad del Gobierno para manejar la insatisfacción laboral en un ambiente donde la solidaridad entre los trabajadores es clave.