La morosidad bancaria en Argentina ha alcanzado su nivel más alto desde enero de 2024, incrementándose por sexto mes consecutivo. Según datos del Banco Central (BCRA), la irregularidad en el total del crédito al sector privado subió a 2,9%, un aumento de 0,3 puntos respecto al mes anterior. Este fenómeno es resultado del impacto de la inflación, el aumento de las tasas de interés y la pérdida del poder adquisitivo.
Deterioro en el crédito a familias
Las líneas de crédito destinadas a familias han mostrado un desempeño particularmente negativo, con una morosidad que alcanzó el 5,2%, el mayor registro desde que se inició el seguimiento en 2010. Esto contrasta con un promedio del 3,3% en los últimos 20 años. “No solo inquieta el nivel de irregularidad de las familias, sino también la rapidez con la que viene subiendo”, advirtió la consultora Equilibra.
Créditos al consumo en foco
El crédito al consumo es el sector más afectado. En junio, los préstamos personales presentaron una morosidad del 6,5%, incrementándose 0,9 puntos con respecto a mayo y 2,3 puntos en comparación con el año anterior. Asimismo, las tarjetas de crédito registraron una mora del 4,9%, con un aumento de medio punto respecto al mes anterior. El reciente aumento de tasas limita las posibilidades de refinanciación, lo que podría agravar aún más la situación.
La contracara de la expansión del crédito
Este aumento en la morosidad se produce tras un fuerte crecimiento del crédito en el último año y medio; el saldo total de préstamos al sector privado casi se duplicó en términos reales hasta junio. En los préstamos personales, el incremento fue cercano al 200%, mientras que en tarjetas de crédito fue 70%. Un informe de SIISA advierte que las dificultades de pago se están extendiendo a sectores que tradicionalmente no tenían problemas.
Riesgos para la economía
Los bancos han comenzado a ser más cautelosos, reduciendo la oferta de financiamiento. Los analistas señalan que la combinación de tasas altas, requisitos más estrictos y mayor morosidad podría anticipar un freno en la actividad económica. “Si bien hasta julio los préstamos al sector privado para empresas estaban en auge, ya se observa una caída del 2,3% en agosto”, resaltaron desde GMA Capital. Si los bancos limitan el crédito en pesos al sector privado, el estancamiento del nivel de actividad podría transformarse en recesión.