El arroz con leche, un emblemático postre argentino, es heredado de las tradiciones culinarias españolas y árabes, y ha evolucionado a lo largo del tiempo con diversas variantes en América Latina. Su popularidad no solo radica en su simplicidad, sino también en la nostalgia y los recuerdos familiares que evoca, convirtiéndose en una auténtica receta de “abuela”.
Ingredientes simples y al alcance de todos
Una de las grandes ventajas del arroz con leche es que requiere muy pocos ingredientes, todos económicos y fácilmente accesibles. Para preparar aproximadamente 4 porciones, se necesita:
- 1 taza de arroz
- 1 litro de leche
- 1 rama de canela
- Cáscara de limón
- Una pizca de sal
- Azúcar al gusto
Opcionalmente, se puede agregar una cucharadita de esencia de vainilla o un chorrito de leche condensada si se desea un resultado más cremoso y dulce.
Paso a paso: cómo prepararlo
La preparación del arroz con leche es sencilla y consta de unos pocos pasos:
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Enjuagar el arroz: Lavar el arroz con agua fría para quitar el almidón y evitar que se apelmace.
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Cocinar en leche: En una olla grande, colocar el litro de leche, la rama de canela, la cáscara de limón y una pizca de sal. Llevar a fuego medio hasta que comience a calentar.
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Incorporar el arroz: Agregar el arroz lavado y cocinar a fuego bajo, revolviendo de vez en cuando para evitar que se pegue.
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Añadir el azúcar: Una vez que el arroz esté tierno (aproximadamente 25-30 minutos), sumar el azúcar y continuar la cocción hasta lograr una consistencia cremosa.
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Dejar enfriar: Retirar la rama de canela y la cáscara de limón. El postre se puede servir caliente, a temperatura ambiente o frío.
- Decoración: Espolvorear con canela en polvo antes de servir. También se puede acompañar con dulce de leche para un toque más indulgente.
Un postre que atraviesa generaciones
El arroz con leche es mucho más que un postre; representa un símbolo de la cocina casera argentina. Su aroma puede evocar recuerdos de infancia, meriendas con abuelas y reuniones familiares. A pesar de la situación económica del país, sigue siendo una opción económica y nutritiva, ideal para toda la familia.
Su versatilidad permite adaptarlo al gusto de cada hogar, manteniéndose como un clásico intemporal. Como dice el refrán: “Arroz con leche me quiero casar…”, y en muchos hogares argentinos, este postre sigue siendo el broche de oro de las comidas.