Albóndigas de calabaza y ricotta: la opción saludable y deliciosa del otoño

Albóndigas de calabaza y ricotta: la opción saludable y deliciosa del otoño

Las albóndigas horneadas de calabaza y ricotta se han convertido en una tendencia en la cocina vegetariana, destacándose por su combinación de textura cremosa y sabor delicado. Este plato no solo es una opción saludable, sino que también se presenta como una alternativa versátil para cualquier comida, ya sea como entrada ligera o plato principal.

Receta de albóndigas de calabaza y ricotta al horno

Este método de preparación consiste en hornear las albóndigas para obtener un resultado dorado y tierno, evitando frituras. Las bolitas resultantes son suaves y fragantes, perfectas para consumir calientes o a temperatura ambiente.

Tiempo de preparación

El tiempo estimado para preparar estas albóndigas es de 1 hora y 15 minutos, distribuido de la siguiente manera:

Ingredientes

Para preparar esta receta, se necesitan los siguientes ingredientes:

Cómo hacer albóndigas de calabaza y ricotta al horno, paso a paso

  1. Cocción de la calabaza: Corta la calabaza en cubos y cocínala al vapor o hiérvela hasta que esté tierna (15-20 minutos).

  2. Preparación del puré: Haz un puré de la calabaza y escúrrela para eliminar el líquido.

  3. Mezcla de ingredientes: En un recipiente, combina la calabaza, la ricotta, el huevo, el queso parmesano, el ajo (opcional), el perejil, la sal y la pimienta.

  4. Incorporación del pan rallado: Agrega el pan rallado poco a poco hasta que la mezcla tenga una consistencia manejable.

  5. Formado de albóndigas: Con las manos ligeramente humedecidas, forma las albóndigas y colócalas en una placa para horno cubierta con papel vegetal.

  6. Horneado: Rocía o pinta las albóndigas con aceite de oliva y hornéalas a 200°C entre 20 y 25 minutos, hasta que estén doradas y firmes al tacto.

  7. Servir: Se pueden presentar solas, acompañadas de una salsa de tomate casera o con una ensalada fresca.

Conservación

Las albóndigas se pueden mantener en buen estado en un recipiente cerrado en el refrigerador entre 2 y 3 días. También es posible congelarlas antes de hornearlas, guardándolas separadas en una bandeja y luego en una bolsa o tupper, por un máximo de tres meses. Se recomienda recalentar en horno o sartén para conservar la textura.

Esta receta es una opción ideal para quienes buscan una alimentación saludable sin renunciar al sabor, perfecta para las comidas otoñales.

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