Las albóndigas horneadas de calabaza y ricotta se han convertido en una tendencia en la cocina vegetariana, destacándose por su combinación de textura cremosa y sabor delicado. Este plato no solo es una opción saludable, sino que también se presenta como una alternativa versátil para cualquier comida, ya sea como entrada ligera o plato principal.
Receta de albóndigas de calabaza y ricotta al horno
Este método de preparación consiste en hornear las albóndigas para obtener un resultado dorado y tierno, evitando frituras. Las bolitas resultantes son suaves y fragantes, perfectas para consumir calientes o a temperatura ambiente.
Tiempo de preparación
El tiempo estimado para preparar estas albóndigas es de 1 hora y 15 minutos, distribuido de la siguiente manera:
- Preparación: 30 minutos
- Cocción de la calabaza: 15-20 minutos
- Armado y horneado: 25 minutos
Ingredientes
Para preparar esta receta, se necesitan los siguientes ingredientes:
- 500 g de calabaza (pelada y sin semillas)
- 250 g de ricotta fresca
- 1 huevo
- 50 g de queso parmesano rallado
- 100 g de pan rallado (ajustar según la humedad de la mezcla)
- 1 diente de ajo (opcional)
- Perejil fresco picado al gusto
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
Cómo hacer albóndigas de calabaza y ricotta al horno, paso a paso
-
Cocción de la calabaza: Corta la calabaza en cubos y cocínala al vapor o hiérvela hasta que esté tierna (15-20 minutos).
-
Preparación del puré: Haz un puré de la calabaza y escúrrela para eliminar el líquido.
-
Mezcla de ingredientes: En un recipiente, combina la calabaza, la ricotta, el huevo, el queso parmesano, el ajo (opcional), el perejil, la sal y la pimienta.
-
Incorporación del pan rallado: Agrega el pan rallado poco a poco hasta que la mezcla tenga una consistencia manejable.
-
Formado de albóndigas: Con las manos ligeramente humedecidas, forma las albóndigas y colócalas en una placa para horno cubierta con papel vegetal.
-
Horneado: Rocía o pinta las albóndigas con aceite de oliva y hornéalas a 200°C entre 20 y 25 minutos, hasta que estén doradas y firmes al tacto.
- Servir: Se pueden presentar solas, acompañadas de una salsa de tomate casera o con una ensalada fresca.
Conservación
Las albóndigas se pueden mantener en buen estado en un recipiente cerrado en el refrigerador entre 2 y 3 días. También es posible congelarlas antes de hornearlas, guardándolas separadas en una bandeja y luego en una bolsa o tupper, por un máximo de tres meses. Se recomienda recalentar en horno o sartén para conservar la textura.
Esta receta es una opción ideal para quienes buscan una alimentación saludable sin renunciar al sabor, perfecta para las comidas otoñales.

















