El 2 de septiembre se marca en el calendario argentino como el Día de la Industria, una fecha que, a pesar de su celebración, tiene sus raíces en un episodio de contrabando y comercio ilegal. En este contexto histórico, se destaca el hecho de que la primera exportación argentina, efectuada en 1587, estuvo rodeada de irregularidades que contrastan con la imagen de un sector industrial prospero.
La primera exportación argentina
En concreto, el 2 de septiembre de 1587, zarpó desde el fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio, con destino a Brasil. Esta embarcación llevaba en sus bodegas una variedad de productos como cubrecamas, frazadas, otros tejidos, sombreros y bolsas de harina, todos provenientes de Santiago del Estero. Sin embargo, en las bodegas de la nave también se encontraron barras de plata provenientes de Potosí, las cuales estaban prohibidas por Real Cédula para ser exportadas.
Un camino hacia la industrialización
El desarrollo de la industria en el país no fue inmediato. A lo largo de los siglos siguientes, Buenos Aires experimentó una lenta evolución industrial. Las primeras manufacturas inglesas no llegaron hasta fines del siglo XVIII, lo que agotó las posibilidades de crecimiento del sector local. La competencia de productos importados dejó poco margen para el desarrollo industrial, que no se consolidaría hasta el siglo XX.
Debates sobre comercio y protección
A lo largo de la historia argentina, el debate entre librecambistas y proteccionistas ha sido un tema recurrente. Este conflicto, que se extendió a lo largo de los siglos XIX y XX, persiste hasta la actualidad, reflejando las tensiones económicas y las diferentes estrategias que han marcado el rumbo industrial del país. La conmemoración del Día de la Industria invita a reflexionar sobre estos temas y el camino que ha recorrido Argentina en su búsqueda de un desarrollo industrial integral.