El Gobierno nacional ha iniciado el proceso para privatizar la empresa Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), lo que marcará un cambio significativo en la gestión del agua potable y saneamiento en el país. El vocero presidencial, Manuel Adorni, comunicó que se transferirá el 90% del capital accionario estatal, mientras que el 10% restante permanecerá en manos de los empleados bajo un programa de Propiedad Participada.
Proceso de Privatización
Adorni explicó que se implementará un esquema mixto para la privatización que combinará una licitación pública nacional e internacional y una oferta pública inicial. Este enfoque tiene como objetivo seleccionar un operador estratégico y abrir el capital a futuros inversores. La regulación de este proceso estará a cargo de la Comisión Nacional de Valores.
Contexto Financiero
Desde su estatización en 2006, AySA ha requerido aproximadamente 13.400 millones de dólares en aportes estatales. Adorni destacó el deterioro de la infraestructura y la crítica situación financiera de la empresa, que ha visto un incremento del 90% en su dotación de personal durante la gestión estatal. Además, el nivel de morosidad de los usuarios ha alcanzado un 16%, un aumento considerable en comparación con el promedio histórico del 4%.
En la última gestión, se destinaron más de 4.800 millones de dólares a AySA, de los cuales solamente 200 millones se destinaron a obras, concentrándose un 25% de estas en los distritos de Tigre y Malvinas Argentinas.
Objetivos del Gobierno
El objetivo del Gobierno con esta privatización es modernizar el sector y mejorar tanto el precio como la calidad del servicio de agua potable y saneamiento en el país. La expectativa es que la participación del sector privado contribuya a resolver los problemas históricos que ha enfrentado AySA.