Una de las primeras testigos detenidas en el caso del triple femicidio ocurrido en Florencio Varela brindó esta semana su testimonio ante el fiscal Adrián Arribas. La declaración incluye detalles sobre la planificación y los involucrados en el crimen de Brenda, Morena y Lara, ocurrido el pasado 19 de septiembre.
Detalles de la declaración
Celeste Magalí González Guerrero, la testigo, relató cómo ese viernes, Julio (apodado Pequeño J), se comunicó con su pareja, Miguel, conocido como "Gonzalo". Juntos eran propietarios de la casa donde se cometió el crimen, ubicada en Río Jáchal y El Chañar.
Ese día, detalla González Guerrero, los tres jóvenes se encontraban en su habitual actividad de venta de cocaína. En su testimonio menciona que Matías Ozorio transportaba entre 100 y 120 envoltorios, con un valor de 10 mil pesos cada uno.
La intervención y el crimen
A través de un mensaje, Pequeño J solicitó el uso de la casa, indicando que llegaría con una amiga. Según González Guerrero, alrededor de las 20:30, ella recibió a los visitantes, quienes llegaron en una camioneta Chevrolet blanca. En total, eran tres mujeres y tres hombres, entre los que se encontraba Julio. Durante su llegada, estos le ofrecieron 1,000 dólares para que se alejara del lugar.
La testigo notó que las chicas "bajaron sonrientes" y parecían engañadas, con la impresión de que asistían a una fiesta. González Guerrero apuntó que quienes estaban en la casa eran vendedores de drogas con vínculos en Pompeya, aunque no pudieron llevar a las chicas allí porque el lugar se encontraba en reconstrucción.
Acción de encubrimiento
Mientras supuestamente se realizaba una fiesta, la testigo escuchó música y observó que había tres hombres con guantes de látex a la espera del ingreso de las chicas. González Guerrero pudo identificar a uno de los sospechosos, David Gustavo Morales Huamaní. Más tarde, al volver al domicilio a las 4 de la mañana, se encontró con su esposo Miguel, quien le mostró sus manos, sangrantes tras un altercado.
Ella mencionó que durante un intento de escape de una de las mujeres, se produjo un ataque con un destornillador, resultando en muerte. La testigo facilitó información sobre la compra de materiales como lavandina, guantes y combustible, utilizados en el encubrimiento de los crímenes.
Motivación detrás del crimen
González Guerrero reveló que la motivación del crimen fue el robo de 30 kilos de cocaína pertenecientes a un narcotraficante conocido como "El Duro", que fue identificado como Víctor Sutacuro. La testigo aseguró que los atacantes grabaron las atrocidades y que a Pequeño J le habrían pagado 1 millón de dólares por su participación.
La declaración ha conducido a la realización de allanamientos en la Villa 1-11-14, en busca de otros implicados en este caso de alto perfil.